Tras su gol y su brillante actuación ante el Sunderland, Arsene Wenger no tuvo más remedio que comparecer ante los medios y pedir, casi a gritos, la renovación del centrocampista Tomas Rosicky. «Se quedará. Tenemos un acuerdo con él y va a cerrarse pronto. Estoy absolutamente convencido de que tiene que quedarse en el club», espetó.
Sus palabras deben servir para acelerar las gestiones que evitarán la fuga de un futbolista que, de lo contrario, abandonará el Arsenal el próximo 30 de junio (fecha en la que expira su compromiso). «Él es tal vez uno de los jugadores que mejor domina el estilo de de tocar y moverse, es un gran acelerador del juego. Él siempre consigue que pasen cosas, no con regates individuales, pero sí con la velocidad de sus pases y sus carreras. Es algo que admiro de él», reiteró.
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