El Nápoles es líder de la Serie A junto a la Juventus de Turín gracias a su victoria de ayer ante la Lazio, pero cuando el encuentro iba empate a cero el árbitro anuló un gol al cuadro de la capital. Aunque lo curioso de esta acción es que Miroslav Klose, autor del tanto, reconoció que lo había marcado con la mano.
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Con su decisión hizo que el colegiado cambiara su decisión porque ya había concedido el tanto. Todo un ejemplo de juego limpio el del alemán, algo que no estamos acostumbrados a ver habitualmente en los terrenos de juego.
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