Levante | El último barco de Muñiz

Al todo o nada y ya no hay vuelta atrás. La derrota frente al Alavés ha agotado la paciencia de la directiva del Levante que tomará la drástica decisión si el conjunto granota no suma este fin de semana en casa ante el Espanyol. La situación, que ya es grave de por sí, ha aumentado tras el empate de la UD Las Palmas ante el FC Barcelona que ha valido a los canarios para empatarles a puntos en la tabla (20).

El choque de ayer volvió a reflejar el declive psicológico que atraviesa el equipo, también fruto de los numerosos cambios ejercidos por Juan Ramón López Muñiz de un encuentro a otro, bien por necesidad o por prescindir de futbolistas con falta de actitud. En un partido que empezaba mal para los granotas, que se quedaban con 10 tras la expulsión de Chema, Munir acabó igualando la contiende en cuanto a números, pero el castigo de Laguardia en el minuto 90 supuso un palo más para las aspiraciones de permanencia del Levante. El duelo en el Ciutat de Valencia se antoja como la última oportunidad para el entrenador asturiano de dar la vuelta a la situación y que sigan confiando en él, aunque el triunfo no apunta que vaya a ser algo sencillo de lograr.