Celta de Vigo 1-1 Espanyol
Un certero cabezazo de Santi Mina a falta de escasos segundos para que el árbitro señalase el final del partido (minuto 94) equilibró la balanza de un choque entre Celta de Vigo y Espanyol en el que ni unos ni otros lograron dejar atrás las dudas que viene generando su juego en el arranque de la presente temporada.
Los pericos, que se sienten más cómodos lejos de Cornella-El Prat, se adelantaron en el marcador al comienzo de la segunda parte, gracias a una buena maniobra de Jonathan Calleri que remachó Adriá Pedrosa. Desde ese instante, los locales intensificaron su dominio, pero lo cierto es que fue el combinado catalán quien, a un minuto del 90, dispuso de la ocasión más clara. Sin embargo, el joven Pipa desperdició el mano a mano con Rubén Blanco y el Celta recibió una vida extra que finalmente no desaprovechó.
En cualquier caso, el empate no sirve de mucha ayuda para dos conjuntos que comenzaron el curso con elevadas expectativas y que, a día de hoy, merodean los puestos peligrosos. A los celestes les sigue pasando mucha factura su falta de eficacia de cara a puerta; mientras que a los blanquiazules lo que les pesa, y mucho, es su incapacidad para mantener una línea regular a lo largo de todo el choque.
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