André Schubert: El cambio que necesitaba el Borussia de Mönchengladbach

El Borussia Mönchengladbach afrontaba la campaña 2015/2016 con la ilusión de confirmar el gran trabajo realizado el año anterior. El premio a la constancia, había hecho que los de Lucien Favre pudieran disputar la Champions League en lo que parecía que era el regreso de los germanos a la primera plana del fútbol europeo.

No obstante, el arranque de campaña fue terrible. Cinco derrotas consecutivas en los primeros cinco partidos de la Bundesliga trajeron consigo la dimisión del entrenador suizo. Y lo cierto es que la situación del equipo era realmente mala. Con 13 goles en contra y solo 2 a favor hasta entonces, el Mönchengladbach estaba sumido en una crisis de resultados que le había colocado en puestos de descenso.

Entrenador interino

De este modo, se decidió situar a André Schubert como entrenador interino a la espera de que llegara una nueva opción que pudiera dar un golpe de efecto. Sin embargo, no hizo falta que contratar a nadie puesto que el alemán sacó a flote al equipo de una manera increíble.

En su debut, consiguió ganar al Augsburgo por 4-2, lo que suponía la primera victoria desde el mes de agosto en la competición doméstica. A partir de entonces, se encadenaron 9 partidos consecutivos en los que los de Mönchengladbach no conocieron la derrota.

Esta racha contrastaba notablemente con la acaecida en las primeras semanas de competición oficial y patentaba el acierto de haber renovado al joven técnico de 44 años. Y es que el cambio fue notable. El equipo no varió el esquema pero sí que comenzó a creer en su trabajo. Buena prueba de ello es el hecho de que en aquel debut ante el Augsburgo se marcaron los 4 goles en los primeros 21 minutos. Se habían recuperado las sensaciones y la confianza en aquellos que, una temporada antes, conseguían clasificarse para la competición más importante de Europa.

Desde entonces, el ascenso del equipo ha sido tremendo y ha conseguido volver a colocarse en la zona europea de la tabla clasificatoria perdiendo solo contra el Bayern Leverkusen, aunque lo hicieron por un 5-0 que levantó fantasmas del pasado.

Milagro imposible en la Champions League

A todo ello hay que sumar el hecho de que estuvo a punto de clasificar al equipo para la Europa League cuando, tras las dos primeras jornadas de la fase de grupos de la Champions League, nadie hubiera apostado por ello. Y es que los dos puntos sacados en el doble enfrentamiento contra la Juventus y la victoria por 4-2 ante el Sevilla provocaron que los de Schubert llegaran con opciones a la última jornada.

El rival iba a ser el Manchester City que, a los 16 minutos encarrilaba el choque tras un gran disparo de David Silva. Sin embargo, la reacción germana no se hizo esperar y antes del descanso los goles de Julian Korb y Raffael colocaban el equipo en la tercera posición del grupo, la que da acceso a la Europa League. La zaga bávara se veía obligada a aguantar como fuera y lo cierto es que resistieron durante 35 minutos aunque, finalmente Raheem Sterling se encargó de dar la vuelta al choque en menos de 120 segundos tirando por tierra todo el trabajo realizado.

Ahora, centrado solo en la Bundesliga, los de Schubert deben intentar dar caza al Hertha Berlin, que se ha colocado detrás del Borussia Dortmund colándose en los puestos que dan acceso directo a la Champions League toda vez que, tras ganar el Mundial de Brasil, Alemania tiene tres billetes de pleno derecho para disputar la Copa de Europa.