Borussia Dortmund: El enigma Ilkay Gundogan

14 de agosto de 2013. Ésa es la fecha del último partido disputado por Ilkay Gundogan. Aquel día, el centrocampista tuvo que marcharse al vestuario cuando apenas habían transcurrido 26 minutos del partido amistoso que medía a las selecciones de Alemania y Paraguay y desde entonces ha vivido un calvario que, si no ocurre nada raro, concluirá el próximo mes de octubre.

Por medio han quedado largos meses de recuperación y conflicto. Y es que, sus misteriosas molestias en la espalda causaron controversia entre los propios médicos del Borussia Dortmund y provocaron que el futbolista entrara en una peligrosa dinámica que le llevó a perder su forma física y a quedarse sin opciones de disputar el Mundial de Brasil.

«Me sentí realmente basura después de las vacaciones de invierno. Tenía muchas ganas de volver a la acción, pero es entonces cuando me di cuenta de que las cosas estaban empeorando en lugar de mejorar. Simplemente no estaba llegando a ningún lado. Esa fue la primera vez que pensé que me iba a perder tal vez la Copa del Mundo», reconoció el futbolista en una entrevista concedida al diario Bild.

Volver a empezar

Desde hace un par de semanas, el mediocentro entrena de nuevo junto a sus compañeros e, incluso, ha llegado a disputar 35 minutos de un partido de entrenamiento contra el segundo equipo. Si todo marcha según lo previsto el jugador podrá volver a pisar un terreno de juego en el mes de octubre.

«Sé que todavía no he alcanzado mi meta porque no puedo pretender estar ya en la forma que estaba antes de mi lesión, pero si todo va bien y el entrenador lo considera oportuno, supongo que podría jugar contra Anderlecht (en la Liga de Campeones) al inicio de octubre. Ese es el primer partido y voy a estar listo para él», explicó.

La prensa alemana especializada no pone en duda estos plazos, pero desconfía de la capacidad del jugador para recuperar su mejor versión, aquella que le sirvió para causar sensación en Europa y convertirse en uno de los jugadores más cotizados. Será el propio Gundogan quien tengo que resolver este enigma.