El Atlético de Madrid golpea primero

El sorteo nos deparó en marzo un cruce interesante entre dos equipos muy similares, bastante parecidos en su confección y filosofía. Los dos han ganado contra pronóstico una Liga recientemente (especialmente los ingleses), y los dos se han plantado en estos cuartos de final haciendo gala de una gran solidez defensiva y haciendo valer su condición de equipos duros de roer en su casa. Aunque obviamente hay gran distancia entre ambos y el Atlético de Madrid partía como claro favorito ante el Leicester City.

Además a Diego Simeone le suele gustar comenzar las eliminatorias jugando el primer partido en casa, lo ha dicho en más de una ocasión. Si alguien no lo creía, le bastaba con ver los primeros quince minutos: los colchoneros salieron a morder al rival. Presión alta, asfixiante, dominando el escenario y acabando sus jugadas en ataque. Así no se daba opción a que el rival pudiera reaccionar en ningún momento, ni salir de su campo. Jamie Vardy era una isla en ataque, que solamente inquietó (y no demasiado), en el minuto 3. Un espejismo en ese primer cuarto de hora sublime del equipo rojiblanco, quizás el mejor de la temporada.

Pero a los madrileños les falta ese goleador capaz de materializar esos buenos momentos. Que me perdone Antoine Griezmann, es uno de los grandes del mundo pero no ese delantero centro letal que un grande como el Atlético de Madrid debería tener. Fernando Torres pelea, genera espacios, se mueve bien… No se le puede pedir más, desde luego. Pero no es ese matador tan necesario. De manera que, tras una sucesión de ocasiones de Griezmann, Koke (disparó al larguero), Carrasco o Torres, se frenó ese ímpetu de los locales.

28' | 1-0 | ¡GOOOOOOLLL de @AntoGriezmann! ¡El francés abre el marcador! #AtletiLeicester #UCL #AúpaAtleti pic.twitter.com/goxiWLyEAz

— Atlético de Madrid (@Atleti) 12 de abril de 2017

Vendrían entonces los mejores minutos de los foxes, que enlazaron varias jugadas de peligro y supieron buscar las cosquillas a su rival, si bien es cierto que sin muchas ocasiones claras. Y curiosamente fue en ese tramo cuando los rojiblancos lograron el único gol del partido. Gran galopada de Antoine Griezmann y penalti señalado por el árbitro. Pena máxima quizás dudosa pero que hacía justicia porque permitía adelantarse a los de Diego Simeone. De hecho desde ese momento volvieron a dominar el duelo y bien podrían haber marcado el segundo. Pero era el partido de ida y de ahí tanta cautela.

Nadar y guardar la ropa

Con esta perspectiva, la segunda parte se presentaba como buen termómetro para saber lo que podría ser el partido de vuelta. Porque en la primera parte vimos a un Atlético de Madrid dominador pero también había que tener en cuenta que es el partido de ida y quedan 90 minutos en el King Power Stadium. Así que los de Diego Simeone se centraron especialmente en mantener a sus rivales lejos de su propia área, intentando hacer más daño con un segundo gol.

Hubo ocasiones para ello, la más clara una de Fernando Torres que resbaló en el momento más inoportuno. No fue un dominio especialmente apabullante pero como mantener la portería a cero en casa es un tesoro, y saben los colchoneros que esto es clave en esta competición por la experiencia de los últimos años. De hecho en estas cuatro temporadas no han encajado en casa en las rondas decisivas de la Liga de Campeones nada más que un gol, de Kaká en 2014. Por algo será.

Quizás el resultado se antoje corto para muchos aficionados, porque además hoy hemos visto que el equipo madrileño es claramente superior, como se pensaba antes del partido. Pero la renta del gol con la que se van a ir los de Diego Simeone es bastante notable. Un gol a favor en Inglaterra dejaría la eliminatoria sentenciada, porque el potencial ofensivo de los foxes no es precisamente abrumador. Hoy llegaron ante Jan Oblak a ráfagas y con poco peligro. Es cierto que ante su afición tendrán más ocasiones y agobiarán más a la zaga colchonera, pero también tendrá el Atlético de Madrid espacios para correr, jugar a la contra y hacer daño como más le gusta. Pero eso será dentro de una semana. Hasta entonces la ventaja estará del lado español.