El Real Madrid golea a medio gas

Por Rafael Castro
4 min.
Real Madrid CF Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro @Maxppp

El cuadro blanco no realizó el mejor de sus partidos hoy en su estreno en Liga de Campeones. Pero ha sumado los tres puntos con su victoria (3-0) ante el APOEL de Nicosia, que era lo importante. Cristiano Ronaldo volvió con hambre y marcó dos goles.

Cualquier análisis de un partido se hace siempre partiendo del resultado y también teniendo en cuenta el contexto del mismo. Si vemos lo primero, tenemos que el campeón de Europa ha cumplido con los pronósticos. Si nos atenemos a lo sucedido en los dos partidos anteriores del equipo de Zinedine Zidane, quizás se esperaba a un cuadro blanco más activo y con más ocasiones. Pero nadie se acordará de ello, ya que los tres puntos se quedan en casa y el Santiago Bernabéu vivió un inicio de curso plácido en Champions League.

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El Real Madrid se estrenaba ante el rival más débil de su grupo, el APOEL de Nicosia, y además en el Santiago Bernabéu. Un partido más que propicio para sacar los tres puntos y a ser posible con una goleada, especialmente tras los dos últimos empates en casa. Porque además volvía Cristiano Ronaldo a la alineación titular de Zinedine Zidane, haciendo dupla de ataque con Gareth Bale, que comenzó claramente ubicado en banda izquierda, su posición natural. Tanto como empieza a ser el ver al portugués como referente ofensivo, donde ya brilló la temporada pasada con una espectacular fase final en este torneo.

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Hoy de hecho, solamente ha necesitado 12 minutos para ver portería. Tenía ganas, ya que no jugaba ni marcaba con el cuadro blanco en partido oficial desde la ida de la Supercopa en el Camp Nou, partido en el que también fue sancionado. El gol, dará sin duda la razón a quienes abogan por verlo jugar de delantero centro y también al galés en banda izquierda, que le puso un centro medido al segundo palo, raso, un pase nada sencillo pero que sorteó a la defensa chipriota para que el ex del Manchester United definiera a palo cambiado, demostrando que por algo es el mejor rematador del mundo. Un gol que llegaba tras un accidentado inicio de partido, con varias interrupciones por dolencias diversas de jugadores y encontronazos fortuitos. Un tanto que presagiaba un acoso total del club merengue, ante un rival claramente encerrado atrás. Por cierto que esa diana llegó también precedida de una gran cabalgada de Isco, que jugó como mediapunta y en la única ocasión en la que el APOEL se desordenó atrás tras un ataque.

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Los visitantes tenían la lección aprendida, seguramente vieron lo que hizo el Levante el sábado y por eso su entrenador buscó la misma estrategia. Y hasta el descanso le funcionó, porque el Real Madrid no volvió a ver portería. El conjunto merengue jugó un poco a medio gas, quizás se sabía superior, por el hecho de que iba por delante en el marcador y porque el rival le invitaba claramente a dominar el partido. Todo ello con un ritmo lento, que propició pocas ocasiones para los locales, casi todas ellas aprovechando la banda izquierda de Bale y Marcelo. Cristiano Ronaldo se mostró como siempre voraz, atento a cualquier ocasión que le pudiera caer. Y es que le hace falta muy poco para ver portería. Seguramente lo peor de este primer tiempo para los merengues fue la lesión de Mateo Kovacic, que provocó que Zinedine Zidane diera entrada a Toni Kroos en el minuto 25.

Sin margen para la sorpresa

Si la primera parte tuvo un ritmo lento, la segunda no fue muy diferente. Quizás con la diferencia de que hubo más goles para el combinado de Chamartín y también de que las ocasiones fueron cayendo por su propio peso. Comenzó ese acto con un gol fantasma de Cristiano Ronaldo, que la tecnología de gol resolvió bien afirmando que no había habido tanto, si bien la primera sensación en directo fue otra. Donde no estuvo acertado el árbitro fue en el penalti que supuso el 2-0 del luso, por manos en el área chipriota. Aunque después de ese tanto el colegiado no vería una pena máxima mucho más clara de Roberto Lago al portugués.

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Fue sin duda el de Madeira el mejor del cuadro blanco, al menos el que más ambición mostró con un Sergio Ramos atento y activo, que marcó el tercero de chilena. Peor le fue a Gareth Bale, que con el paso de los minutos se fue diluyendo, y que sigue dando la sensación de que juega sin terminar de explotar todas sus condiciones. En la recta final del choque fue sustituido por Borja Mayoral, y antes Zinedine Zidane nos permitió ver a Dani Ceballos durante varios minutos, tras haberle dejado antes con las ganas cuando se lesionó Mateo Kovacic.

Por lo demás, la segunda parte fue bastante tranquila (por no decir aburrida), mientras los locales buscaban aumentar la ventaja, y especialmente un Cristiano Ronaldo al que le anularon un gol en fuera de juego. El portugués buscó ese tercer tanto con gran insistencia, y eso animó la recta final del choque, que ya desde el principio tuvo poca historia. La diferencia entre ambos clubes es abismal, y al Real Madrid le bastó jugar a medio gas para ganar.

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