Liga de Campeones | El Atlético de Madrid se gana el derecho a soñar

Por Rafael Castro
3 min.
Atlético Madrid @Maxppp

El cuadro rojiblanco salía al Wanda Metropolitano sabiendo que el Chelsea había vencido en Azerbaiyán, y que solamente una victoria le permitiría seguir con vida en la máxima competición continental. Antoine Griezmann dio esperanzas a los rojiblancos con un golazo muy plástico que encarriló el triunfo de los locales (2-0).

Era lo esperado, sin duda alguna, pero la goleada del Chelsea en Azerbaiyán casi suponía para elAtlético de Madrid como si el partido ante la Roma comenzara 0-1. No dependen los colchoneros de sí mismos, lo saben desde hace semanas, pero el día clave había llegado y no hubo milagro en tierras azerís. Para colmo, conocíamos antes del encuentro que Juanfran tenía molestias y no salía desde el inicio, de manera que fue suplido por Thomas Partey en el lateral. Quizás todo esto provocó que los madrileños salieran algo timoratos y cautelosos en el inicio de este choque vita.

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Poco a poco, el combinado colchonero con un ataque formado por Fernando Torres (¿su último partido como local y rojiblanco en Champions League?) y Antoine Griezmann, fue avanzando posiciones. Asentados en el campo, con poco que perder y ante un equipo italiano cauteloso, las ocasiones fueron cayendo. No demasiadas, pero sí suficientes como para mantener la esperanza conforma pasaban los minutos. Aunque tampoco fue un primer acto cargado de ocasiones de los locales, sí hubo espacio para la polémica.

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Porque la jugada que marcó la primera parte fue el gol anulado a Augusto Fernández, que tras un control en el que el árbitro señaló mano, lograba anotar. La pequeña demora en la decisión del colegiado y sobre todo el momento (minuto 44) y la importancia que podría haber tenido ese tanto, enfadó como es lógico a la afición local. Para más inri, el árbitro era el mismo de la final de Lisboa de 2014, de infausto recuerdo para los atléticos. Pero la realidad era que los locales necesitaban un gol para poder mantenerse vivos en Europa, al menos dos semanas más.

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La recompensa de Diego Simeone

A pesar de que el partido del Atlético de Madrid no era malo, los precedentes en esta competición y el hecho de que los de Diego Simeone no hubieran podido ganar todavía en este torneo en los cuatro partidos anteriores, provocaba una fundada inquietud. Y especialmente porque un empate suponía despedirse automáticamente del sueño antes de llegar a la sexta jornada de la fase de grupos. Algo a lo que este club no estaba acostumbrado.

Por eso el entrenador argentino tiró de casta y valentía, y en el segundo acto anuló a una Roma que solamente generó peligro con un balón al palo más involuntario que buscado. Ángel Correa entró por Augusto y Kevin Gameiro por Ferreira Carrasco en el segundo acto, en una demostración de que el Cholo no se guardaba nada. No podía porque solamente le valía el triunfo, y al final tuvo recompensa. Antoine Griezmann abría el marcador en el minuto 69, con un tanto de bellísima factura que celebró por todo lo alto el Wanda Metropolitano.

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Seguramente en ese momento muchos pensaron cómo era posible no haber ganado al Qarabag. ¡Qué distinto sería ahora todo! Pero la Champions League es así, y el Atlético de Madrid dependerá de que los azerís hagan toda una proeza en el Olímpico de Roma dentro de dos semanas. Mientras la imaginación comenzaba a volar a ese encuentro, y el Atlético de Madrid dormía el partido, Kevin Gameiro hacía el segundo gol que firmaba la sentencia, y dejaba todo para dentro de dos semanas. Será un todo o nada para el semifinalista de 2017, que tendrá que ganar en Stamford Bridge (ahí es nada) y obviamente también estará pendiente de un milagro en la ciudad eterna.

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