Liga de Campeones | El Bayern vive una noche plácida para estar en cuartos

Complicado encontrar la motivación para un choque como el de hoy. A lo extraño de la hora (18:00) hay que sumar una eliminatoria finiquitada la que hoy vivía su segundo capítulo. Afrontaba el Bayern Múnich este encuentro de vuelta frente al Besiktas después de un espectacular 5-0 con el que acabó la ida en el Alianz Arena. Pese a que la música de los prolegómenos nos anunciaba el pedigrí del choque, éste fue asumido por ambas escuadras como un mero trámite en el que la principal incógnita se encontraba en si los hoy locales podrían marcar un gol por primera vez a la escuadra germana en los cuatro partidos que les han enfrentado en Europa.

Despojado de la emoción de un encuentro clave de la máxima competición continental, el Besiktas afrontaba el encuentro con la ilusión de pelearle al menos un choque a un Bayern Múnich que, por su parte contaba con el objetivo de seguir mostrando su potencial. En liza estaba el presentar sus credenciales para hacerse con un título que se le ha resistido durante las últimas temporadas. Fue precisamente en la anterior etapa de su actual técnico Jupp Heynckes cuando el equipo germano levantó su última Orejona. Tras el germano pasaron Pep Guardiola y Carlo Ancelotti, que ya lo habían hecho con otros clubes pero no pudieron volverlo a hacer con los germanos.

Partido sin historia

Apostó el técnico germano para este choque de hoy con un equipo en que salpicó a titulares habituales con algunos frecuentes. Lo cierto es que el Bayern Múnich tomó el partido muy en serio y fue el absoluto dominador de una primera parte movida que pasaba mucho más rápido de lo que hubiera cabido esperar en la previa. La peor noticia que nos dejaron los primeros 45 minutos fue la lesión de un Thiago Alcántara que tuvo que abandonar el césped con problemas físicos y que minutos antes se había encargado de abrir el marcador para los suyos rematando un buen centro de Thomas Müller.

El primer minuto de la segunda parte fue curiosamente el punto y final del encuentro. El motivo no es otro que el autogol de Gökhan Gönül con el que la oportunidad de que los turcos remontaran el choque (la eliminatoria era una utopía desde la ida) quedaban definitivamente sepultadas (0-2). Vagner Love en el 58 se encargaba de maquillar el marcador después de una nefasta salida de balón que el brasileño aprovechaba para perforar por primera vez la portería alemana. Con este 1-2 los dos conjuntos parecían firmar un pacto de no agresión, por lo que el camino del choque caminaba por aguas tranquilas hasta la conclusión. Ya en la recta final Sandro Wanger (84) aprovechaba su oportunidad y sumaba un nuevo tanto con el que estiraba la victoria. Con el 1-3 el marcador global se disparaba hasta nada menos que un 8-1 que dejaba bien a las claras la diferencia entre las escuadras y demuestra que la clasificación en la fase de grupos (el Besiktas fue primero y el Bayern Múnich segundo) no tiene ningún valor.