El cuadro de Mestalla ha sido incapaz de doblegar al Young Boys pese a adelantarse en el marcador con un tanto de Michy Batshuayi que igualaron los locales tras la reanudación. 1-1 final con el guardameta Neto como gran protagonista.
El cuadro de Mestalla ha rendido visita a un Young Boys que se presentaba como rival a priori más sencillo de grupo. La Liga de Campeones se presentaba como una buena oportunidad a fin de que el Valencia lograra escapar de la gris dinámica que le viene acompañando durante este curso. Después de perfilar una plantilla de primer nivel con la que encontrarse en disposición de brillar en la Liga y dar batalla en la fase de grupos de la máxima competición continental. Con una victoria en los once partidos que ha disputado hasta la fecha (ocho empates, dos derrotas), el conjunto de Marcelino quería aprovechar el doble choque con un Young Boys que se presenta como rival más asequible del grupo a fin de dar un golpe sobre la mesa y fiar su clasificación al choque de la máxima frente al Manchester United con el que cerrará la liguilla.
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Los de José Mourinho, que reciben en unos minutos a la todopoderosa Juventus en Old Trafford, habrán tenido un ojo puesto en el partido de Berna entre una escuadra ché que parece haber perdido la frescura exhibida durante el pasado curso. Así, el conjunto de Mestalla saltó al terreno de juego con la clara intención de convertirse en dominador y evitar cualquier tipo de duda. Sin embargo, el juego no terminaba de fluir. El Valencia era dueño del balón pero las ocasiones no terminaban de ser todo lo claras como se hubiera deseado.
Sin embargo, pese a que no fue netamente superior a los locales, los de Marcelino lograron adelantarse en el marcador. Fue en el minuto 26 cuando el delantero belga Michy Batshuayi (0-1) abría el camino en un Stade de Suisse en el sus sus espectadores estaban asistiendo a un espectáculo muy por debajo de los esperado. El tanto supuso un soplo de ilusión en los visitantes, que dieron un paso al frente e incluso pudieron ampliar la renta por medio de un Ferrán que fue de los más destacados del primer tiempo junto a Carlos Soler.
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El paso por vestuarios supuso un giro radical en la tendencia que se estaba siguiendo en el choque. Así, el Young Boys salió a por todas y no tardó en hacerse con el control. El dominio se iba haciendo cada vez mayor y el gol del empate parecía tan solo cuestión de tiempo. Y apenas nueve minutos después de la reanudación, llegó. Fue en el 54, cuando Horeau transformó desde los once metros (1-1) una pena máxima cometida de forma inocente de Dani Parejo sobre Sow. De este modo, comenzaba un nuevo partido de 35 minutos de duración.
Lejos de despertar al Valencia, el tanto del Young Boys narcotizó a una escuadra che que no brillaba en ninguna de las facetas del juego e incluso parecía estar un paso por detrás de sus rivales en el plano físico. Tanto es así que la escuadra local estuvo a punto de ponerse por delante y llevarse el choque en algunas ocasiones durante la recta final, si bien un inconmensurable Neto impedía la que hubiera sido la segunda derrota valencianista. Se llena ahora de nubarrones el futuro del equipo valencianista en la competición. Con dos puntos después de los tres primeros choques, el equipo de Marcelino deberá completar una segunda vuelta de ensueño si quiere encontrarse en disposición de clasificarse para los octavos de final.
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