Mundial: Francia dicta su ley y apabulla a Suiza

Francia mete miedo. El combinado galo pasó por encima de Honduras (3-0), pero dejó algunas dudas. Ante Suiza, las despejó todas de golpe. Es un combinado que viene a por el título y que tiene jugadores para ello. Porque Didier Deschamps varió sus planes y el experimento también le salió bien. Con Benzema acostado a la izquierda, emergió con fuerza la figura de Olivier Giroud, un delantero centro de los de verdad.

Y es que, durante una primera parte casi perfecta, el punta del Arsenal se comportó como un 9 de manual. Soberbio en el juego de espaldas a portería, poderoso en los balones aéreos, generoso cuando la ocasión lo requería y también, por qué no decirlo, agresivo con la defensa rival. Marcó territorio y lo dominó con contundencia.

Pero Giroud, que sumó el primero con un soberbio testarazo y dio la asistencia del tercero, no fue lo único bueno de los bleus. Karim Benzema, pese a marrar un penalti, mantuvo el nivel del primer partido, al igual que el bullicioso Mathie Valbuena. Por detrás, Sissoko suplió con solvencia a Paul Pogba y se compenetró a la perfección con Yohan Cabaye y Matuidi (autor del segundo tanto), dos centrocampistas tan talentosos como trabajadores. Para colmo, Varane también apareció cuando la situación así lo requería y de un pasó suyo en largo nació el contragolpe que originó el 0-3.

Si hubo algo que chirrió en Francia fue, tal vez, Hugo Lloris. El meta del Tottenham, nunca dio la sensación de andar muy sobrado y pasó más problemas de los deseados para solventar los escasos acercamientos de una Suiza que, pese a sus buenas intenciones, apenas pudo asomarse al área rival.

Una reacción sin premio

No parecía fácil, pero al menos lo intentó. Tras el descanso, el combinado helvético tiró de orgullo y trató de meter algo de miedo. La entrada de Dzemaili le hizo mucho bien a la medular y sus triangulaciones con Shaqiri y Xhaka permitieron ver a un equipo mucho más vertical e incisivo. Fueron minutos para la ilusión, pero se quedaron en eso.

Y es que, cuando Francia pisa el acelerador, pocos rivales pueden oponer resistencia. Es cierto que Deschamps retiró a un sorprendido Giroud, pero resulta aún más evidente que su sustituto, el joven Paul Pogba, apenas necesitó entrar en la dinámica del juego para meter un soberbio balón a espaldas de la zaga que, esta vez sí, Karim Benzema pudo enviar al fondo de la red. El ariete del Real Madrid, otra vez enchufado, marco este, el cuarto, y dio la asistencia del quinto, obra de un Sissoko que abandonó su labor de peón para enrocarse con la delantera.

Suiza no sabía dónde meterse. Su juego era más que digno, pero su pegada se encontraba a años luz de la de su rival. Por fortuna, el dios del fútbol, ése que ahoga pero no aprieta, le permitió despedir el partido con una media sonrisa. Dzemaili, un jugador que pidió la titularidad a gritos, anotó de falta directa, y apenas unos minutos después, Xhaka enganchó un soberbio remate a pase de Shaquiri ante el que nada pudo hacer Lloris.

El 2-5 final no es más que la evidencia del poderío de una Francia que juega cuando y como quiere. Los galos han venido a por todas a Brasil. Tienen juego, en ocasiones primoroso, y futbolistas, muchos y de muy distinto perfil. Si son capaces de mantener el nivel, muy pocos podrán pararles. Habemus primer favorito.

Así jugó Suiza:

Así jugo Francia: