Mundial: Ghana baja los humos a Alemania

Alemania ya no mete tanto miedo. Los germanos habían avasallado a Portugal en su estreno mundialista con un juego combinativo que, por momentos, llegó a parecer imparable. Sin embargo, ante Ghana, el cuadro germano tuvo que ponerse el mono de trabajo y sudar varios litros de tinta para poder arrancar un empate que deja su pase para octavos a expensas de lo que ocurra en la última jornada.

La vuelta a la mundanidad del equipo teutón tuvo mucho que ver con el sensacional trabajo de las estrellas negras. Y es que, además del poderío físico, una cualidad que se le presupone a cualquier equipo africano, el conjunto dirigido por Appiah demostró que también ha sacado buena nota en las asignaturas de táctica. Su presión asfixiante sobre los tres centrocampistas germanos fue tan efectiva que el balón casi nunca llegó con claridad hasta el área rival. Además, cada vez que se producía una recuperación, sus veloces futbolistas de banda causaban el pánico en la defensa rival.

Alemania enseña sus puntos débiles

Y es que, si algo quedo claro en este choque es que Alemania sufre por los costados. Ni Howedes ni Boateng son laterales al uso y cuando un extremo les propone el reto de correr siempre salen perdiendo. Pero los flancos no fueron el único punto débil, porque la presión de Ghana también sacó los colores a Philipp Lahm, un carrilero reconvertido a mediocentro que pierde más balones de los que debería. Además, su buen trabajo, también sirvió para minimizar el impacto de Kroos y dejar a Khedira como casi el único conductor de juego. Y el centrocampista del Real Madrid no es precisamente un cerebro futbolístico privilegiado...

Tras desorientar a su rival, el combinado africano puso en marcha la segunda fase del plan y empezó a asomarse con un notable peligro al área rival. Eso sí, cada vez que el equipo se alargaba en busca de Neuer, los centrocampistas germanos encontraban un resquicio para volver a combinar, un riesgo que Ghana tuvo que asumir para poder soñar con una victoria.

De uno de esos despistes surgió el primer gol teutón, obra de Götze, quien empujó a la red un buen servicio de Müller desde la derecha. Sin embargo, los africanos no se descompusieron y apenas 11 minutos después ya estaban por delante en el marcador. Sus dos tantos, anotados por Ayew y Gyan, resultaron significativos: el primero llegó tras un centro de Afful en su enésima cabalgada por la banda derecha y el segundo, propiciado por otro error de Lahm.

Un final de locura

Después del 2-1, Alemania pasó varios minutos de agobio en los que incluso llegó a verse desbordada. Reaccionó Joachim Low dando entrada a Schweinsteiger y Klose y el veterano delantero, como siempre, acabó siendo decisivo. Empujó sobre la línea un córner previamente peinado por Howedes e hizo su gol número 15 en un Mundial, cifra que le sitúa, junto a Ronaldo, como máximo goleador de este torneo.

El gol de Klose dio paso a un final de partido trepidante. Ambas escuadras querían ganar y se lanzaron al ataque sin complejos. Las tácticas quedaron relegadas a un segundo plano y la locura se apoderó del juego. Pudo ganar cualquiera, pero también pudo perder Alemania, y eso es algo que ya no parecía entrar en los pronósticos tras el choque ante Portugal.

MVP: Harrison Afful, la pesadilla alemana

Es, posiblemente, uno de los jugadores menos conocidos de la Selección de Ghana, sin embargo, es probable que tras una exhibición como ésta su nombre comience a colarse en la agenda de multitud de equipos europeos. De poderosa zancada y sensacional golpeo de balón, las cabalgadas de Harrison Afful (27 años) se convirtieron en un verdadero tormento para la selección germana. Suyo fue el pase que acabó con el gol de Andre Ayew, tal vez el otro hombre que puede compartir esta honorífica distinción con el lateral del Esperance Tunis.

Así jugó Alemania:

Así jugó Ghana: