La fortuna se alía con Irán para doblegar a Marruecos

En San Petersburgo, en uno de los estadios y entornos más bonitos sin duda que veremos a lo largo del Mundial, se estrenaba el grupo B, que es el nuestro, el de España. Jugaban las que a priori son las dos cenicientas del Grupo, Marruecos e Irán, en un partido por tanto cuyo desenlace sería importante porque dentro de apenas una hora la Roja debuta ante Portugal. Así que había muchas miradas puestas en este encuentro. En las alineaciones, destacaba la presencia de Munir en la portería marroquí en lugar de Bono (ambos jugadores de la Liga española), y Achraf como lateral izquierdo, ya que el elegido para ocupar el flanco diestro de la defensa del equipo africano era Nordin Amrabat.

Quería Hervé Renard más profundidad por esa banda, y lo vimos desde el primer momento, porque Marruecos se encargó de querer llevar la iniciativa del choque desde el principio. Muchos balones le llegaban al jugador del Leganés para que encarase y buscara centros al área. Aunque también mostraba esta selección el gran talento que atesora de centro del campo para adelante, juntando a Younes Belhanda, Hakim Ziech y Amine Harit para combinar. Atrás, Mehdi Benatia y Romain Saiss guardaban las espaldas a un equipo que jugó con la zaga muy adelantada, casi siempre en campo rival durante buena parte del primer acto. Presión alta, posesiones más o menos largas y búsqueda del ataque pero sin excesiva profundidad. Quizás porque su delantero, El Kaabi, no estaba especialmente fino y porque solamente Harit llevaba peligro ante la zaga iraní.

Los de Carlos Queiroz intentaron capear el temporal de la mejor manera posible, y tras un inicio lleno de imprecisiones se fueron asentando poco a poco en el campo. Aunque bien es cierto que tardaron en asomarse a la meta de Munir. El peso del partido lo llevaba Marruecos, con más ganas de ser la selección que conteste el dominio que se presupone del grupo a España y Portugal. Hasta el minuto 20 no llegó la primera ocasión iraní, que antes pudo haber encajado el primer gol en varias ocasiones, la más clara un barullo en su área que no fue gol de milagro. Sin embargo, en el tramo final los asiáticos se estiraron algo más, y de hecho la mejor ocasión del primer tiempo fue suya. Azmoun se plantó solo ante Munir, pillando adelantada a la zaga de Marruecos, pero no acertó ante el guardameta del Numancia, que salvó la ocasión más clara del encuentro.

Irán duerme el partido y encuentra premio

En la segunda parte, como si el aviso final de la primera hubiera servido de aperitivo, vimos un escenario diferente. Cierto es que Marruecos tuvo la posesión del esférico, pero sin generar tanto peligro aparente como en la primera parte. De hecho, a los de Hervé Renard les costó tomarle el pulso a este acto, ya que los marroquís bajaron mucho sus prestaciones, les faltó regularidad en el juego para respiro de una Irán que, si bien parece inferior, tenía seguramente más claras las ideas sobre el campo. Quizás con la presión del debut ya fuera, con nada que perder, los asiáticos decidieron dar un paso adelante en la segunda parte, pero tampoco sin volverse locos. Amine Harit no aparecía tanto, Hakim Ziyech y Younes Belhanda tampoco brillaban, y a los africanos les costaba generar ocasiones claras de peligro para inquietar la meta rival.

Irán, por su parte, se encomendó a zarpazos ocasionales de sus jugadores más ofensivos, especialmente de Sardar Azmoun y del extremo diestro Alireza Jahanbakhsh, interesante jugador del AZ Alkmaar que ha destacado por su potencia y capacidad de desequilibrio. No obstante, el segundo tiempo era un transcurrir de minutos en el que ambas selecciones trataron de nadar y guardar la ropa, dando incluso por bueno el punto en muchos momentos. De hecho, vimos también un final de partido lleno de interrupciones, caídas, lesiones, golpes variados... Un partido de esos que se acaban haciendo largos para el espectador neutral. Aunque hubo tiempo para ocasiones como un remate de Hakim Ziyech que desbarató Beiranvand. Al final, cuando se intuía un empate sin goles, ocurrió como en el partido anterior. Otra falta lateral provocó el gol en propia meta de Bouhaddouz, que se marcó un autogol que, de haber sido en la otra portería, sería un gran remate. Pero fue en la propia, en el descuento (en el 94') y sin apenas capacidad de reacción para un Marruecos que, pese a llevar el peso del encuentro, no remató a su oponente y lo acabó pagando claro. Es el fútbol. Es el Mundial.

Amine Harit cumple con las expectativas

Elegido Mejor Novato de la Bundesliga, el mediapunta del Schalke 04 era sin duda uno de los jugadores a seguir, como ya les comentábamos en Fichajes.com hace unos días. Y es que, durante el primer tramo del encuentro en el que Marruecos dominó con claridad, él fue quien puso el brillo en ese tramo del encuentro gracias a su calidad.

Estamos sin duda ante un jugador con una gran proyección de futuro, un talento con mucha clase, criterio para jugar la pelota y mucha calidad en sus botas. Y solamente tiene 20 años. Hoy ha partido en muchas ocasiones desde la banda izquierda, buscando siempre las mejores opciones de peligro para los suyos. Ha sido el jugador que ha puesto algo de luz en un partido lleno de nubes, con poco que destacar excepto el gol final de Irán que le da los tres puntos.