Mundial 2018 | Bélgica remonta a Japón de forma vibrante y se cita con Brasil

Por Rafael Castro
9 min.
Bélgica Eden Hazard @Maxppp

Partido vibrante el que esta noche hemos vivido en el Mundial de Rusia. Bélgica ha remontado de forma heroica y brillante ante Japón (3-2), anotando en el último minuto después de ir perdiendo por dos goles nada más comenzar la segunda parte. Con permiso del Argentina - Francia hoy hemos visto uno de los encuentros más bonitos de todo el campeonato.

La tarde del lunes se cerraba con otro enfrentamiento de octavos de final de esos de los que a priori tenían un claro favorito, como sucedió en el primero del día entre Brasil y México. En este caso, Bélgica partía como favorita ante una Japón que dio una imagen mala al no querer atacar a Polonia en la recta final de su último partido de la fase de grupos para seguir adelante en el torneo, fiándolo todo a la victoria de Colombia ante Senegal. Los diablos rojos no especularon ni con suplentes ante Inglaterra, y es que el combinado nacional que dirige Roberto Martínez, el último español que quedaba vivo en el torneo, siempre tiene entre ceja y ceja buscar la portería rival. El que fuera preparador del Everton ha sabido encajar bien las piezas de una gran generación de talentos que ha ofrecido este país europeo, especialmente en el frente ofensivo y la medular. Planteaba hoy un partido con ese ya clásico sistema de tres centrales, más dos carrileros largos que son Thomas Meunier y un Yannick Ferreira Carrasco que es la pieza que más desentona en esa sinfonía en que se ha convertido Bélgica en este Mundial. El ex del Atlético de Madrid es jugador para otro estilo, aunque se mueve cómodo con espacios, pero peca de individualista en muchas ocasiones. En este esquema de los belgas, cabe destacar también el paso atrás que ha dado Kevin De Bruyne, en cuanto a retrasar su posición. Entre Pep Guardiola y Bob Martínez han convertido a este jugador de un mediapunta a un mediocentro, un clásico “4” de Johan Cruyff que maneja los hilos por delante de la defensa. Un Xavi Hernández o un Andrea Pirlo que gracias a su excelente calidad y su enorme visión de juego marca los tiempos de juego en cada encuentro. Con un equipo que ya tiene a Eden Hazard o Dries Mertens, hemos visto sin duda que es una gran solución, y hoy ha ofrecido todo un recital ante una selección nipona que se mostró claramente inferior en ese primer acto.

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Los asiáticos lo fiaron todo a mantener una defensa de ayudas que iba funcionando, y también a la velocidad en las transiciones, comandadas por Shinji Kagawa y Gaku Shibashaki, con Takashi Inui y Haraguchi explotando su velocidad por las bandas. Aunque el resultado no fue bueno, pues apenas contabilizaron tres ocasiones relativamente claras los nipones en la primera parte. Gracias a una excelente presión alta, una rápida circulación del balón y una gran capacidad para explotar los espacios, Bélgica dominó claramente el primer tiempo y dispuso de las mejores ocasiones. La gran movilidad de sus atacantes (Lukaku, Hazard y Mertens), la facilidad de sus carrileros para ganar la línea de fondo, la gran lectura del partido que hace el delantero del Manchester United, siempre activo, las incorporaciones de segunda línea de Axel Witsel (que teóricamente es el mediocentro defensivo) y sobre todo el gran ritmo que los diablos rojos imprimían al partido, provocó que contabilizáramos hasta 8 ocasiones claras de los europeos para marcar. Casi todos los jugadores anteriormente nombrados tuvieron la suya, ya fuera por medio de disparos de media distancia, grandes combinaciones por los pasillos interiores e incluso jugadas de estrategia. Si Bélgica se fue al descanso con un 0-0 sin duda alguna fue por esa falta de suerte que también es necesaria en este tipo de eliminatorias, además de por las buenas intervenciones de defensas como Nagatomo, Yoshida o el portero Kawashima, que aparecían en el último momento para salvar goles cantados. No obstante, el panorama pintaba bien para una Bélgica que en cierto modo enseñaba el camino que ayer no encontró España: jugar en bloque, mover rápido el balón y acabar sin contemplaciones las jugadas con disparos a puerta, aunque fueran en posiciones nada sencillas, como le ocurría a menudo a Romelu Lukaku. Todo ello en un encuentro vibrante con un ritmo altísimo y con una propuesta sumamente interesante del equipo de Roberto Martínez.

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Una segunda parte vibrante con un final apoteósico

El fútbol es sin duda imprevisible, no deja de sorprendernos y a buen seguro que lo visto esta noche es uno de esos partidos que van a perdurar por mucho tiempo en nuestras retinas. Si en la primera parte la superioridad de Bélgica fue clara, apenas nos habíamos asentado tras el descanso cuando Japón encontraba un premio que pocos esperaban. Seguramente sí la propia selección nipona, consciente de las carencias de los diablos rojos en defensa, que también ha mostrado en este torneo. Las mismas se vieron minimizadas en la primera parte gracias a un gran trabajo colectivo. Pero cuando Takashi Inui consiguió asociarse con Gaku Shibashaki en el centro del campo, y el jugador del Getafe salió con ventaja del lance, envió un gran pase a Haraguchi, que hizo bueno Jan Vertonghen con un fallo estrepitoso, de manera que el veloz extremo japonés no perdonó ante Thibaut Courtois, con un gran disparo cruzado. Un gol del que los europeos pudieron haberse repuesto pronto, pero en la jugada siguiente Eden Hazard no acertó ante la portería de Kawashima, enviando el balón al palo. Quedaba mucho tiempo, pero de repente pareció poco porque en el siguiente ataque japonés, en el minuto 51, era el propio Takashi Inui el que veía portería. Un derechazo inapelable del nuevo fichaje del Real Betis, que sorprendió a Thibaut Courtois, y que ponía una gran distancia en el marcador entre ambos conjuntos. La capacidad de lucha de los japoneses se sobreponía en ese momento al gran juego desplegado por Bélgica, y se masticaba una de las grandes sorpresas de este Mundial.

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Roberto Martíez decidió entonces reaccionar. Dio entrada a Nacer Chadli para meter velocidad por la banda, y a Marouane Fellaini por su potencial aéreo, que no es uno de los fuertes de Japón. Mientras los nipones, especialmente el central Yoshida, lograban mantener bien sujeto a Romelu Lukaku, que no dejó de buscar el gol, pero que se encontraba con su sombra japonesa en todos sus movimientos. La entradad e Fellaini permitió además que Kevin De Bruyne diera un paso adelante y pasara a tomar más responsabilidades directas en ataque, asociándose más con Eden Hazard y buscando posiciones de ataque más adelantadas. Y el plan funcionó, aunque antes a los diablos rojos les hizo falta ese golpe de suerte del que hablábamos en la primera parte. Fue sin duda el gol de Jan Vertonghen, un cabezazo desde el lateral del área que era más bien un centro, pero que se envenenó confundiendo a todos, desde Kawashima al propio central belga, que ni celebraba el tanto porque todavía se acordaba de su error en la diana de Haraguchi. Y, como sucediera antes en cuatro minutos los europeos lograban el segundo tanto, esta vez con otro cabezazo de Marouane Fellaini, que había entrado para eso. Un tanto que premiaba también el gran esfuerzo de un Eden Hazard que se echó a su equipo sobre los hombros cuando el panorama pintaba muy oscuro. el jugador del Chelsea tomaba las riendas del partido, con sus pases magistrales, sus cambios de ritmo y sus exquisitos detalles técnicos. Empataban por tanto los de Roberto Martínez el encuentro con un cuarto de hora por delante, momento en el que entramos en un intercambio de golpes, principalmente para los diablos rojos. Kompany evitó el gol de Shibashaki, y posteriormente sería el portero Kawashima el que desbaratase una doble ocasión de Nacer Chadli y Romelu Lukaku, que con dos nuevos remates de cabeza estuvieron a punto de marcar el tercer tanto de su selección.

De hecho, los minutos finales fueron un cúmulo de alternativas y opciones para ambos equipos, ya que ninguno de los dos especuló, algo que es de agradecer. No lo hizo Japón con dos goles de ventaja y tampoco Bélgica, que no quiso esperar a la prórroga. Y al final, como suele suceder en estos casos, el gol cayó del lado del equipo con mayor calidad. Aunque sin duda fue un final cruel para un equipo nipón que, su bien pudo haber caído en la prórroga, nos privó a los espectadores neutrales de media hora más de espectáculo. El caso es que corría ya el minuto 93 (se habían añadido 4), cuando tras un saque de esquina de Japón, los belgas pudieron montar una contra perfectamente conducida por Eden Hazard, que acabó con una perfecta maniobra de despiste de Romelu Lukaku ante Yoshida, para dejar el camino despejado a Nacer Chadli, que anotó el gol cuando ya no quedaba tiempo. Un tanto que posiblemente ha hecho justicia con Bélgica, pero que ha sido sin duda cruel para Japón, una selección más que aseada que se ha quedado a las puertas de hacer historia. Los diablos rojos se citarán con Brasil el viernes en un partido de cuartos de final que se presume igualmente apasionante.

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MVP | Eden Hazard comanda la remontada

El jugador del Chelsea no ha visto hoy portería, pero de sus botas han salido las mejores jugadas de peligro de los diablos rojos, que están de nuevo en unos cuartos de final del Mundial, y que buscarán las semifinales nada menos que ante la poderosa Brasil. El equipo de Roberto Martínez tiene en el ex del Lille a todo un referente, capaz de asumir la responsabilidad en los momentos críticos.

De sus botas nacieron las mejores jugadas ofensivas del combinado belga, tanto en la primera parte como en la segunda, cuando su escuadra perdía por dos goles. Ha sido partícipe, directa o indirectamente, de las jugadas de los tres goles belgas. Un jugador con una gran calidad que, tras las eliminaciones de Cristiano Ronaldo y Messi, buscará su ocasión para consagrarse al fin como uno de los grandes del planeta.

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