Mundial 2018 | Kylian Mbappé desangra a Argentina y mete a Francia en cuartos

Por Juan C. Navarro
5 min.
Francia Kylian Mbappé Lottin @Maxppp

La estelar actuación del delantero galo Kylian Mbappé resultó decisiva para que Francia obtuviese su billete para cuartos de final del Mundial de Rusia (victoria por 4-3). Aunque se esforzó por cumplir los mandatos de Jorge Sampaoli y llegó a ponerse por delante en el marcador, Argentina no pudo contener el arrollador talento del punta del PSG y tuvo que despedirse de un torneo en el que casi siempre ha navegado contracorriente y en el que apenas ha tenido noticias de Leo Messi.

Jorge Sampaoli domina la teoría. Ha crecido admirando a Marcelo Bielsa y eso se nota. Por eso, cuando en torno al minuto 10 del partido, su equipo perdió un balón tonto en la frontal del área rival y éste cayó a los pies de Kylian Mbappé, el técnico recordó sus palabras de la previa y se echó a temblar. «Francia va a vivir de la falta de precisión de nuestro juego (...) La gran fortaleza de Francia es la velocidad en las transiciones. Es muy sólido en defensa, recupera y sale rápido», había indicado.

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Su vaticino se cumplió al cien por cien. El veloz delantero galo recorrió todo el campo a gran velocidad, sin que ninguno de los rivales pudiese interponerse en su camino, y justo cuando entraba en el área, Marcos Rojo le atropelló sin mucho conocimiento. El colegiado, que ni si quiera necesitó el VAR, señaló el punto de penalti y permitió a Antoine Griezmann estrenarse como goleador en el torneo y poner por delante a los suyos.

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Su augurio pudo ser aún peor, porque apenas 8 minutos después, su escuadra volvió a perder el balón en la misma zona y dio pie a otra contra endiablada. Eso sí, esta vez, Nicolás Tagliafico tuvo la prudencia de derribar a Mbappé antes de que entrase en el área y de evitar un nuevo penalti. Paul Pogba, el mismo jugador que había iniciado la acción con un pase largo, ejecutó la falta sin la misma precisión y envió el balón a las nubes.

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Antes y después de esas acciones, Argentina se esforzó por cumplir con los mandatos de su técnico, quien también en la previa habia explicado: «Me gustaría que Argentina logre establecer diferencias desde el juego, que es donde estos jugadores tienen mucha más capacidad (...) Necesito siempre que las riendas del partido las tengamos nosotros, y desde ese lugar tenemos un punto de partida». Sus hombres lo intentaron con denuedo, pero ni Éver Banega estuvo muy inspirado ni Ángel di Maria y Cristian Pavón encontraron la forma de asociarse con un Leo Messi que ejerció de falso 9 y que se sintió bastante aislado durante el primer acto.

Y Francia, mientras tanto, encantada. Didier Deschamps ha convencido a los suyos de que lo mejor es esperar el fallo del rival y salir a la contra. Aunque cuenta con una legión de jugadores de enorme talento que podrían dominar el balón y hacer daño de mil formas distintas, el seleccionador ha apostado por una opción poco vistosa, pero en ocasiones efectiva. Eso sí, corres el riesgo de que en cualquier acción aislada, el rival, que vive casi siempre cerca de tu área, te dé un susto importante. Y así ocurrió. En el 40, en una de esas combinaciones planas de los albicelestes, Di María recibió en la frontal y soltó un zapatazo sin previo aviso. El balón tal vez iba un poco centrado, pero lo cierto es que Hugo Lloris reaccionó tarde y éste acabó en el fondo de las mallas. El empate a 1, marcador con el se llegó al descanso, premiaba la constancia de los sudamericanos y castigaba el conformismo de los galos.

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Los goles cambian el guión del partido

Aunque se esperaba que el guión previsto por Sampaoli no sufriese variaciones, el partido sufrió un vuelco nada más arrancar el segundo acto. En una falta botada desde la izquierda, la zaga gala no despejó con contundencia y el balón cayó a los pies de Messi. La Pulga caracoleó y chutó sin mucha fuerza, pero en su camino hacia las manos de Lloris, la pelota se tropezó con la puntera de Gabriel Mercado que, ya sea queriendo o sin querer, varió su trayectoria y la alojó en el fondo de las mallas (minuto 47).

El tanto obligó a Francia a cambiar su estrategia. Los bleus se aflojaron al fin ese corsé que les ha impuesto Deschamps y se lanzaron al ataque sin mirar atrás. De repente, compareció sobre el césped la versión que en realidad cabía esperar, la de un equipo dominador y contundente, capaz de finiquitar el partido con algo más que eficacia. Que en el 68 el marcador ya reflejase un 4-2 es el síntoma claro de lo mucho que había cambiado la cara de esta escuadra hasta ahora demasiado agazapada.

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En esos minutos de casi locura, los galos combinaron con velocidad, movieron el balón con criterio y apenas dejaron a su rival cruzar el medio del campo. El joven Benjamin Pavard hizo el empate con una preciosa volea de esas que sólo salen una vez en la vida, pero fue Mbappé quien en realidad acabó por destrozar los sueños de Argentina. El delantero del PSG descosió a la zaga albiceleste con sus movimientos y firmó dos tantos que dejaron el partido visto para sentencia.

Aunque los sudamericanos lo intentaron hasta el final y recortaron distancias en tiempo de prolongación (gracias a un buen cabezazo de Sergio Agüero), Francia resistió este último arreón y certificó su presencia en cuartos. Visto lo visto, tal vez en esa ronda, al fin podamos ver a la Francia que domina y crea desde el minuto 1.

MVP | Kylian Mbappé, velocidad y pegada

Jugando a la contra, Kylian Mbappé puede ser letal, y así lo demostró al forzar el 1-0. Tal vez lo que no sabía Didier Deschamps es que su jugador también resulta determinante cuando el equipo controla el balón y domina la situación. Y es que, además de por su velocidad, el punta del PSG destaca por su capacidad para abrir huecos, para filtrarse por zonas imposibles y para, lo que es más importante, finalizar las jugadas con una precisión exquisita. Tras el 1-2, Francia se vio obligada a dar un paso al frente y en esa tesitura, el ex del Mónaco brilló con luz propia.

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