Eurocopa 2016 – Éder nos despierta de la siesta entre Italia y Suecia : Las notas del partido

Por Iván Vargas
4 min.
Italia @Maxppp

Gris partido que deja a Italia en los octavos de final de la Eurocopa y a Suecia pendiente del partido de la última jornada ante Bélgica.

Tiene Italia esa extraña facultad de convertir cualquier encuentro en una partida de ajedrez. Independientemente de su superioridad o inferioridad con respecto al rival, los partidos de la azzurra se convierten en una guerra de guerrillas en cada zona del campo. Antonio Conte, especialista en estas lides, casa a la perfección con esta idiosincrasia y saca el máximo rendimiento de sus recursos. Así lo hizo en su exitoso periplo en una Juventus al que devolvió a la elite. Y dados los buenos resultados está repitiendo los pasos en la escuadra nacional.

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Comparecían los italianos hoy sobre el césped después de haber maniatado hasta la saciedad a una selección belga que hacía acto de presencia en el torneo continental días atrás con la vitola de favorito pero se topaba con la cruda realidad (2-0). Y es que todos sabemos que, independientemente de los jugadores con los que acuda, el juego desplegado durante la fase clasificatoria o el entrenador designado para ocupar el banquillo, Italia es de esas selecciones que siempre están ahí con el cuchillo entre los dientes dispuesta a aprovechar cualquier error rival para sacar petróleo de las carencias del enemigo. Y es que para Italia, los equipos con los que se enfrenta no son rivales, si no enemigos. Esta encomiable virtud del equipo del país de la bota la convierte en una de las selecciones a las que siempre hay que temer. Enfrente se encontraba hoy una selección sueca que llegaba con un punto en su casillero merced al empate a uno frente a la República de Irlanda del pasado lunes. Consciente del envite vital que le enfrentará a Bélgica del que previsible saldrá un acompañante en octavos para los de Conte, los suecos saltaron al terreno de juego consciente de que un empate podría ser un resultado más que aceptable para sus intereses.

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Y como era de esperar, hemos sido testigos de un encuentro tremendamente difícil de digerir. Con la espada de Damocles de la hora de la siesta sobre el pecho, los dos conjuntos no se esforzaban por evitar el sopor de los espectadores que pobablan el estadio de Toulouse ni de los que lo veían desde su casa. La presión de la cercanía del mando a distancia se hacía cada vez mayor mientras ni suecos ni italianos hacian nada por evitarlo. Juego lento, excesivo respeto por ambas partes y conformismo se erigían en los tres jinetes de la Apocalipsis del aburrimiento. Los minutos transcurrían con el balón en los pies de los de los suecos (59 % de posesión) hasta el final del primer tiempo. Quedaba patente que los italianos echaban de menos a un futbolista que supiera colarse en zona de tres cuartos y enlazar con un ataque desasistido.

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El descanso no supuso cambio alguno en ninguna de las formaciones. Si acaso los italianos intentaban incrementar la posesión, pero evitaba dejar desguarnecida la parcela defensiva. Sabedora que un punto era oro para lograr la primera plaza a la espera de enfrentarse de, quizá, el rival más fácil del grupo, la azzurra se mostraba cómoda mientras los minutos iban cayendo. En una clara muestra de sus intenciones, Antonio Conte decidía prescindir del que quizá era el jugador más activo de los suyos (De Rossi) para dar entrada a un jugador de un perfil aún más defensivo como Tiago Motta. Faltaban 15 minutos para el final y todos los caminos llevaban al empate a cero. Pese al remate que Parolo estrelló en el travesaño a falta de algo más de 7 minutos, pocos eran los que creían que el resultado cambiaría antes del final.

Pero amigos, esto es Italia. Cuando apenas faltaban 2 minutos para la conclusión y Antonio Conte pedía a Chiellini que no se diera demasiada prisa, un saque de banda del central caía en los pies de un Éder que aprovechaba el regalo para poner a los subcampeones de la pasada edición en los octavos de final. Mientras tanto, los de Zlatan Ibrahimovic deberán sudar tinta si quieren lograr el objetivo marcado a comienzo del torneo.

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Las notas del partido para los jugadores de Italia:

Las notas del partido para los jugadores de Suecia:

El hombre del partido – Éder

Cuando todo apuntaba que el partido gris que estaba enfrentando a Italia y Suecia terminaría con empate a cero, el atacante de la Sampdoria cedido el pasado curso en el Inter de Milán emergía para dar la victoria a los suyos prácticamente sobre la bocina. El atacante, aprovechando un pase en largo del central Chiellini ponía el uno a cero en el marcador y dejaba a los suyos con 6 puntos en el casillero y ya clasificados para los octavos de final de la competición. No cabe duda que el ariete se ha convertido en el nombre propio del partido por méritos propios.

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