Eurocopa 2016 - Griezmann invita a Francia a la siguiente ronda: Las notas del partido

Por Juan C. Navarro
4 min.
El Manchester United sigue soñando con Antoine Griezmann @Maxppp

Una sensacional segunda parte del delantero Antoine Griezmann propició la victoria final de una Selección de Francia que había firmado un penoso primer tiempo y que llegó a sentir el pánico de la eliminación. El del Atlético de Madrid destrozó los sueños de venganza de una combativa y meritoria Irlanda.

Ya había dejado serias dudas Francia en la fase de grupos. Aunque los resultados habían sido más o menos aceptables (dos victorias y un empate), el juego no había estado a la altura del talento de sus futbolistas. Unos cuantos fogonazos en momentos muy puntuales habían bastado para resolver los partidos, pero en ninguno de ellos había quedado patente su teórica superioridad. Ante Irlanda, todas sus vergüenzas quedaron al descubierto durante la primera parte.

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De hecho, en el primer acercamiento de los irlandeses, cuando aún no se había cumplido el segundo minuto de juego, los galos ya dieron muestra de su escasa fiabilidad defensiva. Desajuste, resbalón y lamentable error de un Paul Pogba que incapaz de medir su fuerza se llevó por delante a Shane Long cuando el punta aún se estaba preparando para disparar. Rizzoli no dudó un segundo y señaló una pena máxima que Robbie Brady transformó en el inesperado 0-1.

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No reaccionó Francia como se esperaba. Sin un jugador con capacidad para crear desde la parcela ancha, sus acercamientos se redujeron a jugadas a balón parado y tímidos fogonazos de Antoine Griezmann. Es más, si alguien mereció el gol en este periodo fue el cuadro de Martin O'Neill, que gozó de hasta dos ocasiones bastante claras. En la primera, Hugo Lloris tuvo que emplearse a fondo para despejar un buen remate de McClean, y en la segunda, fue Duffy el que envió a escasa distancia del poste un potente cabezazo.

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Antoine Griezmann marca las diferencias

Tras el descanso, trató de cambiar el ritmo del partido Didier Deschamps con la entrada del vertical Kingsley Coman por un hoy desaparecido N'Golo Kanté. Su apuesta se pudo ver impulsada por Laurent Koscielny, pero el central no supo rematar entre los palos una falta botada desde la izquierda. El gol seguramente habría desatado a los bleus, pero al no aprovechar la oportunidad, el choque se quedó en el mismo punto en el que estaba.

Aunque el juego de los franceses seguía reducido a las apariciones puntuales de Dimitri Payet, su merodeo por el área rival encontró premió en torno al minuto 58, gracias a un soberbio cabezazo de Antoine Griezmann, que aprovechó un preciso centro de Bacary Sagna en la que era la primera subida del lateral diestro en todo el choque.

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Como cabía esperar, el empate renovó los ánimos del cuadro galo y dio paso a la Francia que todos esperabamos. Sólo tres minutos después, un pelotazo en largo de Rami, bajado de manera muy inteligente por Olivier Giroud, permitió al punta del Atlético de Madrid plantarse solo ante Randolph y anotar el 2-1. Por si fuera poco, en otra carrera veloz, el de Macon sacó los colores a un Duffy que, para evitar el tercero en contra, cazó al delantero en la frontal del área y dejó a su equipo con 10.

Tras la merecida expulsión, Irlanda fue bajando los brazos poco a poco. Con espacios, los de Deschamps se gustaron y firmaron unos minutos más que llamativos que bien pudieron encontrar como premio un par de goles más. Habría sido demasiado castigo para los irlandeses, para una selección que confiaba en cobrarse venganza por aquella mano de Thierry Henry que les alejó de forma total y absolutamente injusta del Mundial de 2010, pero que se topó con una realidad muy distanta, la dictada por el talento de Antoine Griezmann.

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Las notas de la redacción para los jugadores de Francia:

Las notas de la redacción para los jugadores de Irlanda:

El hombre del partido – Antoine Griezmann:

Justo cuando el nerviosismo comenzaba a apoderarse de la Selección de Francia, el punta del Atlético de Madrid dio un paso al frente y se erigió en el salvador de su equipo. Primero evidenció su poder rematador con un cabezazo inapelable que supuso el 1-1, después su tranquilidad para resolver un mano a mano y finalmente, su velocidad para forzar la expulsión de Duffy, la que acabó por condenar a Irlanda.

En una Francia intermitente y sin un patrón de juego demasiado definido, la presencia de un jugador con capacidad para sacar petróleo de cada balón que se acerca a su área de influencia resulta determinante.

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