Aritz Aduriz, el delantero sin techo

Inagotable, incansable, implacable... Cualquier calificativo puede quedarse corto a estas alturas. Que un jugador de 35 años sea capaz de anotar cinco dianas en una competición europea de primer nivel es algo que no ocurre todos los días. Artiz Aduriz lo logró anoche en un frenético partido ante el Genk en el que su equipo, el Athletic Club, acabó llevándose la victoria por 5 goles a 3.

Este repóker no sólo sirvió para que el cuadro vasco rectificase su errática trayectoria en la Europa League, también contribuyó a agrandar la leyenda de un futbolista que ya se ha abierto paso en la historia de club y que amenaza con reventar algunos récords que parecían atrapados en el tiempo.

De momento, su última exhibición le ha servido para situarse como máximo goleador del equipo bilbaíno en competición continental (acumula 21 por los 16 de Fernando Llorente) y para colocarse como décimo jugador de la larga historia rojiblanca con más goles en su haber: 131 (acaba de superar a Victorio Unamuno e Ismael Urzaiz).

Aduriz (129) supera a Urzaiz (128) y ya es el máximo goleador del Athletic en los últimos 30 años (desde la retirada de Dani en 1986).

— Pedro Martin (@pedritonumeros) 3 de noviembre de 2016

Pero su explosión anotadora no sólo quedará grabada en la memoria del Athletic, un conjunto que no veía marcar cinco tantos a un mismo jugador desde 1967 (Fidel Uriarte, ante el Real Betis), ya que el registro del guipuzcoano también le sirve para colarse en la historia del fútbol nacional. De hecho, antes que él, sólo un jugador español, José Antonio Zaldúa, había logrado sumar tal cantidad de goles en un mismo partido europeo (con el FC Barcelona, ante el FC Utrecht, en 1965).

A estas alturas de la película, y ante tal catarata de irrefutables datos, cuesta encontrar un techo para este sensacional delantero que ha ido mejorando considerablemente con el paso de los años y que, por encima de cualidades físicas y técnicas, conserva un espíritu y una filosofía que seguramente le convertirán en irrepetible. «Yo sin el equipo no soy nadie, termino las jugadas pero el trabajo es de todos», reconoció sin tapujos al término del choque.