Europa League | El Valencia acaricia las semifinales

Por Juan C. Navarro
3 min.
Valencia @Maxppp

El Valencia se sitúa a un paso de las semifinales de la Europa League tras doblegar al Villarreal por 1-3 en un partido marcado por la eficacia del cuadro ché y la incapacidad de los amarillos para transformar sus buenas intenciones en goles. Aunque Santi Cazorla neutralizó el tanto inicial de Gonçalo Guedes, los valencianistas aprovecharon el bajón físico de su rival en la recta final del choque para sentenciar el encuentro, y seguramente la eliminatoria, con dos goles firmados por Daniel Wass y Guedes.

Por la naturaleza de ambos equipos y el hecho de disputarse en el Estadio de La Cerámica, podía intuirse que el primer asalto de cuartos de final de la Europa League entre Villarreal y Valencia iba a convertirse en un choque entre un conjunto decidido a dominar la posesión y otro dispuesto a esperar su oportunidad para salir con velocidad a la contra. Aunque a veces estos guiones que parecen tan claros suelen saltar por los aires, lo cierto en que en esta ocasión, ambas escuadras cumplieron su esperado papel.

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Por si fuera poco, a los 5 minutos de juego, Santiago Cáseres barrió de forma inocente a Gonçalo Guedes en una zona del área en la que apenas había peligro y propició un penalti que sirvió para que aún quedará más claro que los amarillos iban a tener que soportar el peso del juego. Aunque Andrés Fernández detuvo el primer lanzamiento de Dani Parejo, el mismo Guedes se abalanzó sobre el balón rechazado y acabó anotando el 0-1.

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Al cuadro local, como es lógico, le costó encajar el golpe. De hecho, pese a su empeño por combinar con criterio, no fue hasta sobrepasados los 25 minutos cuando su ataque empezó a dar señales de vida y a meter en serios problemas a una defensa valencianista que hasta entonces había despachado el trabajo sin apenas esfuerzo. Eso sí, para alcanzar el empate, el submarino amarillo necesitó de un penalti más bien riguroso de Ezequiel Garay sobre Vicente Iborra que Santi Cazorla se encargó de transformar (35').

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Tras el tanto, los de La Plana disputaron sus mejores minutos y le hicieron ver al Valencia que o trazaba un plan más ambicioso o era probable que acabase pagando su cierto tono conservador con el paso de los minutos. Es más, si el partido no se marchó al descanso con ventaja para los castellonenses fue porque Neto sacó dos buenas manos a disparos de Gerard Moreno y Samu en los compases finales del primer acto.

El Villarreal pone el juego y el Valencia los goles

De lo sucedido en el segundo acto hablan bien claro los cambios realizados por sus técnicos. Mientras Javi Callleja fue quemando todas sus naves dando entrada a jugadores más ofensivos (Carlos Bacca por Iborra, Manu Morlanes por Cáseres y Alfonso Pedraza por Mario Gaspar); Marcelino optó por incorporar a tres jugadores que ayudasen a perpetuar su planteamiento inicial (Piccini por Roncaglia, Francis Coquelin por Ferran Torres y Denis Cheryshev por Gameiro).

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Mientras les duró la gasolina, los locales dominaron el encuentro y siguieron merodeando el área de Neto, pero a partir del minuto 75 comenzaron a describir una trayectoria descendente que permitió al Valencia recuperar esa comodidad de la que ya había disfrutado en los minutos iniciales. El bajón físico y anímico de los amarillos fue tan notable que en ese tramo final acabaron tirando por tierra el buen trabajo que habían realizado hasta entonces.Y es que, pese a que el choque parecía condenado al empate, en un par de acciones ya en tiempo de prolongación, el Valencia aprovechó su evidente superioridad física para lanzar dos carreras por banda izquierda que primero Daniel Wass a pase de José Gayá (90') y después Guedes a envío de Cheryshev (93') terminaron convirtiendo en el 1-3 definitivo.

El marcador, que seguramente no se ajusta demasiado a lo visto sobre el terreno de juego, deja a los valencianistas a un paso de las semifinales y da por bueno un planteamiento, el de Marcelino, que hasta el tiempo extra daba la sensación de no ajustarse a las exigencias del partido. Para el Villarreal, en cambio, el luminoso vuelve a ser el reflejo de ese querer y no poder en el que se ha convertido su actual temporada.

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