Aritz Aduriz o cómo seguir siendo joven a los 35

Por Juan C. Navarro
2 min.
Aritz Aduriz sumó ante el Rayo Vallecano su gol número 20 del curso @Maxppp

Los 21 goles en los 35 partidos oficiales que ha disputado esta temporada ilustran a la perfección el estado de forma que atraviesa Aritz Aduriz. Que hoy cumpla 35 años, una edad que suele ser sinónimo de botas colgadas, parece en su caso una mera anécdota.

«¿Secreto? No. Que disfruto viniendo aquí (a Lezama) y que me encanta jugar partidos». No busquen fórmulas mágicas ni apoyos sobrenaturales, ni siquiera métodos de entrenamiento sofisticados, el éxito de Aritz Aduriz radica en su amor por un deporte al que otros muchos jugadores utilizan como un simple medio para conseguir fama o dinero.

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Hoy, 11 de febrero de 2016, el punta alcanza los 35 años de vida, una edad a la que muchos futbolistas o están ya retirados o disfrutan de una especie de jubilación dorada que apenas les exige esfuerzo para engordar su cuenta corriente. Hoy, más de 10 años después de su primer gol con la elástica del Athletic Club (le hizo un doblete a la Real Sociedad en Anoeta), el guipuzcoano es el máximo goleador de su equipo en la campaña (21 goles en 35 partidos) y un futbolista cuyos números tienen muy poco que envidiar a los de otros delanteros de la talla de Leo Messi (21 en 27) o Neymar (22 en 31).

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Pero los méritos del donostiarra van más allá de sus números. Basta con visualizar los goles que ha sumado esta temporada para comprobar que nos encontramos ante un delantero que ha hecho del trabajo diario su mejor arma. Y es que, para suspenderse en al aire y rematar de cabeza con potencia, dibujar una chilena desde el punto de penalti o desmarcarse con soltura se antoja absolutamente necesario un nivel de forma que ya quisieron para sí otros que apenas superan la veintena.

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Pero Adu no es sólo físico y talento es también experiencia, compromiso y combatividad. Su paso por Burgos y Real Valladolid antes de consolidarse en la primera plantilla o el desengaño de una inexplicable venta al Real Mallorca forjaron su carácter. En Valencia aprendió a competir a otro nivel y a sacar el máximo partido a cualquier minuto de juego. Y en su segunda etapa en el Athletic se convenció de que manteniendo la misma ilusión que el primer día aún era posible hacerse un hueco en la historia de un club que hasta entonces le había cerrado dos veces las puertas.

Con contrato en vigor hasta junio de 2017, el futuro de este joven treintañero es más esperanzador que el de otros futbolistas con menos edad. Pelea por convertirse en el máximo goleador nacional, su cuerpo se mantiene a pleno rendimiento, tiene la titularidad garantizada en su equipo y hasta cuenta con serias opciones de disputar la Eurocopa... 35 años no son nada.

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