Athletic Club | El inesperado reto de Gaizka Garitano

Por Juan C. Navarro
2 min.
Athletic Club Gaizka Garitano Aguirre @Maxppp

Aupado al primer equipo tras la destitución de Eduardo Berizzo, el técnico vasco Gaizka Garitano se enfrenta a la delicada misión de rescatar a un Athletic Club que ha firmado un penoso arranque de temporada y que corre el riesgo de perder la categoría por primera vez en su larga y ejemplar historia.

El pasado 4 de diciembre, el Athletic Club anunciaba la destitución de Eduardo Berizzo, técnico que acumulaba 13 partidos de Liga sin ganar. Aunque había logrado ganarse el aprecio de sus futbolistas y de un amplio sector de la afición, el argentino apeló a un sistema que su plantilla nunca pudo asimilar y que dio pie a una nefasta racha que condenó a los vascos a puestos de descenso.

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Para ocupar su espacio, la directiva apostó por Gaizka Garitano, técnico que dirigía al filial rojiblanco desde el verano de 2017 y que, en apenas unas horas, pasó de luchar por el play off de ascenso a Segunda División a enfrentarse al reto de evitar el descenso del único club que, junto a Real Madrid y FC Barcelona, nunca ha pisado la categoría de plata a lo largo de toda su dilatada historia. «Tengo una sensación de ilusión, de ganas de trabajar. Es un reto apasionante, sabiendo que también es difícil», reconoció el técnico nada más hacerse cargo del conjunto.

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De momento, el de Derio ha caído con el pie derecho. Tras sumar su primera victoria ante el Huesca, en Copa del Rey, el preparador pudo disfrutar el pasado lunes de un agónico triunfo ante el Girona (1-0) que, además de para frenar la caída libre de su equipo en el torneo liguero. sirvió para desvelar los primeros detalles del plan con el que espera rescatar a su equipo de las profundidades del abismo.

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Cambio de estilo

De entrada. Garitano eliminó las marcas individuales que había instaurado el Toto, y que tantos disgustos le habían ocasionado al equipo, para apostar por una defensa más zonal. Igualmente, el nuevo técnico dejó a un lado la horizontalidad y potenció un fútbol más directo en el que las incursiones por banda y los centros al área suplieron al toque y las triangulaciones en la zona de tres cuartos que tanto agradaban a su antecesor.

Estos primeros cambios, que propiciaron entre otras cosas la suplencia de Iker Muniain o la entrada en escena del vertical Iñigo Córdoba, responden al claro deseo del ex de Eibar, Real Valladolid o Deportivo de La Coruña de recuperar los clásicos valores del Athletic, conjunto que, salvo en contadas épocas, ha destacado por su compromiso, combatividad y fogosidad ofensiva.

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Para saber si la receta de Garitano da sus frutos habrá que esperar al menos tres o cuatro semanas. De momento, este lunes, los vizcaínos viajan a Mendizorroza para medirse a uno de esos equipos que no escatima en esfuerzos y que, además, juega este año con viento a favor. Un resultado positivo frente al Deportivo Alavés fortalecería al técnico e inyectaría nuevos ánimos a una tropa muy poco acostumbrada a vivir con la soga al cuello. Una derrota, en cambio, avivaría los fantasmas y reduciría el margen de reacción de una entidad que vive uno de los momentos más angustiosos de su historia reciente.

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