Carlos Vela, la estrella que escogió no brillar

«Igual pudo haber sido mejor, pero no me arrepiento de lo que he hecho y me voy contento con todo lo que viví». El pasado martes, tras la disputa del que fue su último choque con la Real Sociedad, el mexicano Carlos Vela dejaba entrever esa sensación algo agridulce que ha dejado su largo periplo por el fútbol europeo.

Aunque en los 12 años que nos separan desde su aterrizaje en el Arsenal (noviembre de 2005) hasta su salida del cuadro donostiarra, el atacante ha firmado numerosas actuaciones de mérito, lo cierto es que entre quienes han seguido con detenimiento su carrera queda la certeza de que el azteca no ha sido capaz de exprimir todo su talento.

No tengo palabras para agradecer todo el cariño recibido en estos años. Hoy se cierra un capitulo hermoso en mi vida y no podia tener un mejor final. Eskerrik asko eta Gora Real pic.twitter.com/D6qsGP3tJh

— carlos vela (@11carlosV) 21 de diciembre de 2017

De hecho, del mejor Vela no hubo casi constancia hasta, precisamente, su desembarco en Anoeta. Con anterioridad, y tras la que puede considerarse una primera etapa de aclimatación (las cesiones en Celta de Vigo, Salamanca y Osasuna), el jugador había acumulado tres temporadas más bien discretas con el Arsenal que desembocaron en un préstamo también intrascendente el West Bromwich Albion. Por fortuna para él, la Real le ofreció un entorno tranquilo y comprensivo en el que pudo al fin dar ese paso al frente que tanto necesitaba su trayectoria profesional. «Como este club es muy difícil encontrar, porque es como una familia, al igual que toda la gente del País Vasco, una cultura que me ha marcado», reconoció el propio jugador.

Después de un primer préstamo que se saldó con 37 partidos oficiales y 14 goles, la entidad guipuzcoana decidió hacerse con sus servicios y apostar definitivamente por su desbordante talento. El jugador agradeció el gesto y en la 2013-2014 firmó la que ha sido su mejor temporada en Europa. Y no sólo por el número de tantos logrado, 21, en especial por el hecho de acumular 52 encuentros, una cifra sin duda impensable hasta entonces para un futbolista con tanta tendencia a la irregularidad.

Pese a que desde ese momento, su rendimiento puede calificarse como notable, lo cierto es que Vela no supo aprovechar el tirón y se dejó llevar. En vez de dar el último empujón, el punta se instaló en una zona tranquila, renunció a ser una estrella y se conformó con ser un futbolista intermitente (ya nunca volvió a superar la decena de goles por curso). «Entre una película y un partido de fútbol por la noche, miro la película ahora. La NBA es el único deporte que veo en la televisión. No me gusta todo lo que rodea al futbolista en general. Me gustaría ir a casa y ser un extraño. Todo eso me hizo perder el gusto por el fútbol. Es por eso que renuncié a mi participación en la Copa del Mundo», reconoció en 2014, en una entrevista que sirvió para dar respuesta a mucho interrogantes,

Ahora, tras ir perdiendo fuelle en la Real, el jugador opta por emigrar a la MLS. En Los Ángeles FC, conjunto que le acogerá con los brazos abiertos, el azteca encontrará un entorno tranquilo para vivir sus últimos años como futbolista profesional. Aunque se lo tome con calma y trate de no destacar demasiado, seguro que Carlitos dejará numerosos detalles de su inigualable calidad. «Me voy con la ambición de querer seguir disfrutando del fútbol y conseguir cosas en un proyecto adecuado y en el momento que necesitaba para acercarme a mi tierra, además en un país en el que siempre he querido vivir», concluyó el futbolista durante su adiós a la Liga española.