Eibar, el éxito de la sencillez

Lo del Eibar tiene mérito. Aunque haya permanecido en Primera División por el descenso administrativo del Elche, el cuadro armero ha sabido reinventarse una vez más para encarar la presente temporada con plenas garantías. Que un equipo con apenas un mes para cerrar fichajes (se certificó su permanencia a finales de julio) solo haya perdido dos partidos a estas alturas de temporada y ocupe una más que meritoria sexta plaza es, sin duda, digno de elogio.

Para analizar el buen momento del conjunto vasco hay que detenerse en la figura de José Luis Mendilibar. Al preparador de Zaldívar, el azulgrana es un equipo que le viene como anillo al dedo. Una plantilla cargada de futbolistas más bien modestos con ganas de triunfar, una directiva que asume sus limitaciones y no presiona y un entorno en el que cualquier gesto de compromiso con la causa es recibido como el mejor de los goles.

El vizcaíno ha aplicado su fórmula magistral basada en una defensa sólida, un centro del campo donde conviven con armonía sacrificio defensivo y talento, y una delantera en la que lucha por el balón o la presión son tan importantes como el acierto de cara a portería. Es cierto que esta combinación no siempre le ha dado buenos resultados (basta con recordar su paso por el Levante), pero es que en Ipurua ha encontrado una coctelera perfecta.

Pleno acierto en materia de fichajes

Al trabajo de Mendilibar hay que sumar la excelente labor realizada por la directiva en materia de fichajes. Y no sólo por el hecho de haber resituado en el primer plano a jugadores como el meta Asier Riesgo, el zaguero Iván Ramis o los centrocampistas Keko y Adrián, especialmente por su capacidad para reclutar a jugadores que se han mostrado más que capacitados para brillar en la máxima categoría. El mediocentro argentino Gonzalo Escalante (procedente del Catania) y, en especial, los arietes Borja Bastón (Real Zaragoza) y Sergi Enrich (Numancia) -responsables de 9 de los 17 goles del equipo- son buena prueba de ello.

Hasta la fecha, el Eibar sólo ha cedido dos derrotas en Liga. Sucumbió ante el FC Barcelona por 3-1 tras tutear al gigante catalán durante la primera parte y ponerse por delante en el marcador, y cayó también frente al Atlético de Madrid (0-2), en un choque donde los rojiblancos tuvieron que encomendarse a un inspirado Ángel Correa para solventar el partido bien entrada la segunda parte. En el resto de choques, los eibarreses o se han llevado la victoria (significativas las cosechadas ante Athletic Club, Rayo Vallecano o Getafe) o han sacado un laborioso y merecido empate (Sevilla, Villarreal o Celta de Vigo).

Por todos estos factores, el choque que este domingo les mide al Real Madrid se presenta apasionante. Los blancos acudirán a la cita sin margen de maniobra y con la victoria como único resultado viable, pero se toparán con un rival instalado en la comodidad y con la moral casi por las nubes. En presupuesto, plantilla o número de seguidores no hay color, sobre el campo, la lucha será mucho más reñida. This is Ipurua.