Mientras su gran rival acapara focos con grandes presentaciones y movimientos ilusionantes, los que se prevén en el conjunto azulgrana despiertan divisiones y no hay por ahora un objetivo que dispare un entusiasmo unánime.
El final de temporada ha dejado un amargo poso en el FC Barcelona que se ha completado con el poco tirón mediático y atractivo de su nueva camiseta y que también se ve reflejado en el mercado. Se esperan cambios en la plantilla, se sabe que vendrá Frenkie De Jong desde enero, y son necesarias ventas importantes. Pero poco ilusiona ya.
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Con la Liga conquistada en abril, la necesidad por buscar otras ilusiones y retos para un largo verano tratan de llenar las páginas de los diarios catalanes. Pero los fichajes no llegan, mientras el Real Madrid llena su estadio con presentaciones megalómanas. Por si fuera poco Matthijs De Ligt está realmente complicado.
Y además el que podría ser el fichaje estelar del verano según todos los indicios, Antoine Griezmann, genera más divisiones que alegrías. Aunque en el fútbol todo cambia rápidamente parece que ni siguiera una incorporación como la del galo será capaz de levantar el bajo estado de ánimo generalizado en Can Barça.
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A un mes de que comience la pretemporada, el inicio del mercado se les puede hacer excesivamente largo a los azulgranas todavía. Veremos en qué termina quedando todo
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