FC Barcelona | Antoine Griezmann comienza a carburar

La decisión. El FC Barcelona tenía claro que deseaba incorporar a sus filas a Antoine Griezmann. Pese al esperpento llevado a cabo durante el verano de 2018, preciso instante en el que el ex de la Real Sociedad prefirió quedarse en el Atlético de Madrid, una parte de la afición culé le puso le cruz a 'El Principito'. Una apuesta debatible, pero respetable y comprensible, dado que los colchoneros iban a albergar en el Wanda Metropolitano la gran final de la pasada edición de la Liga de Campeones (conquistada por el Liverpool).

Un año más tarde, haciendo idóneo aquel refranero popular que dice que "lo bueno se hace esperar", Griezmann arribó a la Ciudad Condal con el firme propósito de ganarse la redención de Lionel Messi (quien avaló su fichaje el curso anterior), Luis Suárez, Ernesto Valverde y una hinchada muy dolida tras los acontecimientos deportivos que se sucedieron en el tramo decisivo de la campaña 2018-2019. Se pasó de soñar con el tercer triplete de la historia de la entidad del Camp Nou a festejar una Liga con sabor agridulce, dado que era un secreto a voces desde hacía varios meses.

A Griezmann le ha costado adaptarse a los automatismos en la disposición táctica de Valverde. Es cierto que no es la propuesta más atractiva, en cuanto a estilo de juego se refiere, que ha acaecido en el Barça, pero está siendo más que efectiva en el campeonato doméstico. Falta ese factor diferencial en Champions, competición con la que el plantel azulgrana tiene una relación de amor-odio después de lo vivido en Roma y Anfield. ¿Dará Antoine ese salto cualitativo tan necesario para lograr la anhelada 'orejona'?

Una cuestión es evidente: talento destila a raudales. Y trabajo y sacrificio no le van a faltar, especialmente tras haber permanecido a lo largo de tanto tiempo bajo la férrea disciplina de Diego Pablo Simeone. Griezmann brilló con luz propia ante Real Betis y Eibar, así que sus seguidores más incondicionales ansían disfrutar antes o después de su primera gran noche europea con la zamarra blaugrana.

La presencia de Jordi Alba, como era de esperar, libera en demasía al galo, ya que el carril zurdo es propiedad exclusiva del que fuera lateral del Valencia. Esto permite que el '17' culé se interne más por el medio, donde podrá asociarse con Messi para surtir de balones a un Suárez que acalla las críticas a base de perforar las redes de sus adversarios. La 'MSG' ya es una realidad (para deleite de los culés), a lo que se debe añadir la aportación de Ousmane Dembélé y Ansu Fati partiendo desde un rol más secundario.