El cuadro culé tiene buenos números y la capacidad de aspirar a todos los grandes títulos por su posición en las competiciones y su plantilla. Pero también dudas razonables que dan alas a sus rivales y generan mucha incertidumbre.
Estamos encarando ya la recta final del mes de febrero, en el que comienzan a definirse las temporadas pero que salvo debacles no suelen definir las campañas. Y en ese tránsito se encuentra un FC Barcelona que por un lado no da buenas sensaciones pero que por otro es envidiado por su posición privilegiada por sus rivales.
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Especialmente en la Liga, donde saca 7 puntos y 9 a Atlético y Real Madrid respectivamente. Ahora tiene dos compromisos clave, las dos visitas más complicadas que le quedan en el campeonato regular (Sevilla y Real Madrid) para ver si sentencia la Liga o se queda abierta hasta el final de la temporada. Y en medio de esos encuentros la vuelta de semifinales de Copa del Rey en el Santiago Bernabéu, con ventaja ligera para los locales (1-1 en la ida) pero con todo abierto.
Todo por decidirse en pocos días
Y llegan los azulgranas a este momento en posición privilegiada porque tienen en su mano luchar por todas las competiciones y prácticamente con todos los efectivos disponibles cuando Arthur Melo termine de recuperarse. Sin embargo, el juego del equipo de Ernesto Valverde ha dejado dudas razonables.
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El empate en casa del Olympique de Lyon (0-0), que también deja abierto todo en Champions League, pese a que jugar en el Camp Nou debe ser más ventajoso para los culés; ha puesto de manifiesto que Luis Suárez está con la puntería desviada, Lionel Messi no termina de brillar tras su percance físico ante el Valencia y al equipo le falta mucha fluidez en ataque, así como mejorar su definición de cara a portería.
Por el contrario, ha mejorado la escuadra de Ernesto Valverde su solidez defensiva, llegan sus hombres clave con menos minutos que el curso pasado a estas alturas, y también han pasado por un momento de bajón físico que hace pensar en que están en un momento valle con vistas a tener su mejor forma al final del invierno y comienzos de la primavera.
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Para entonces ya se sabrá si están en la final de Copa del Rey y si, como el año pasado, tienen la Liga encauzada y su entrenador puede dosificar esfuerzos pensando en Europa, gran anhelo de este curso. Para ello tendrán que mejorar su cierto el día 13 ante el OL, partido para el que ser determinante el estado de ánimo: si han vencido en los anteriores duelos clave todo será más fácil; si no la presión será difícil
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