Javier Mascherano, el Jefecito que pasó de suplente de lujo a imprescindible

Por Rafael Castro
2 min.
FC Barcelona Javier Alejandro Mascherano @Maxppp

El argentino dejará el FC Barcelona en este mercado invernal, equipo al que llegó como suplente de Sergio Busquets y acabó siendo el heredero de Carles Puyol.

El FC Barcelona afronta este mercado de invierno ya sabiendo que Javier Mascherano cambiará de aires y dejará un importante vacío en el eje de su defensa. Porque ahora era el tercer central por detrás de Gerard Piqué y un Samuel Umtiti que lo ha relegado a la suplencia, pero hasta la llegada y consolidación del francés ese puesto fue suyo durante cinco años.

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Y eso que cuando Pep Guardiola lo fichó desde el Liverpool en 2010 lo hizo como recambio de Yaya Touré, quien había ido al Manchester City en busca de más protagonismo. En la primera parte de esa temporada actuó como suplente de Sergio Busquets, pero en la recta final de la misma acabó asentándose como un fijo en la defensa, justo durante la famosa tormenta de Clásicos de 2011, cuando José Mourinho dirigía al Real Madrid y ambos equipos se enfrentaron en 4 ocasiones durante apenas 11 días.

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De hecho, salió de inicio en la final de la Champions League de ese año en Wembley ante el Manchester United. Y las continuas lesiones que Carles Puyol padeció desde entonces hasta su retirada en 2014 propiciaron que acabara siendo un fijo en el eje de la zaga junto a Gerard Piqué, de manera que fueron ambos la pareja de centrales titular durante casi 5 años, sin que los nuevos fichajes o apuestas de la cantera azulgrana lograran desbancar al Jefecito de su puesto.

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Traía ya el apodo desde Argentina, pero el ex del Liverpool se ganó a pulso ese apelativo dentro del vestuario, imprimiendo su fuerte carácter en el terreno de juego, siendo un líder en la sombra gracias sobre todo a su continuo trabajo y su incansable entrega. Con ella suplió sus evidentes carencias tácticas como central, una posición que no dominaba, para aprender rápidamente el oficio y actuar como auténtico salvavidas de su equipo en muchos partidos y jugadas.

Ahora, a sus 33 años, se marcha por la puerta de atrás a mitad de una temporada con muchos retos para intentar tener minutos de cara al Mundial de Rusia. Una despedida que nadie esperaba, si bien los aficionados no podrán reprochar su falta de compromiso y entrega a un jugador que siempre dio la cara en los malos momentos y que pasó de suplente de lujo a capitán de un laureado equipo. Se marchará además con 2 Champions League, 4 Ligas, 4 Copas del Rey, 4 Supercopas de España, 2 Supercopas de Europa y 2 Mundiales de Clubes.

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