La crisis del FC Barcelona alcanza al gran símbolo de La Masía

Los resultados en el fútbol disimulan muchos problemas pero también logran magnificar otros. Es sin duda el sino de todo lo que rodea al deporte rey, que ha alcanzado desde hace tiempo dimensiones absolutamente descomunales. Y lo vemos estos días con el FC Barcelona tras lo sucedido en el Olímpico de Roma.

No fue una derrota más, ya que todo lo sucedido en Champions League tiene una trascendencia enorme. Pero aunque el equipo está cerca de lograr un Doblete histórico si vence en la final de la Copa del Rey al Sevilla (la Liga parece ya sentenciada), parece que esto no basta. Y eso que en toda su centenaria historia el club azulgrana ha logrado únicamente 7 Dobletes, por lo que de lograr el octavo se firmaría una campaña sensacional.

El problema reside tal vez, más allá de los resultados que al final se consigan, en el modelo actual. Quizás por al agravio comparativo de lo sucedido hace no tanto durante la dorada y añorada etapa de Pep Guardiola. El juego vistoso y el protagonismo de la cantera se han perdido y esto se echa mucho de menos en Can Barça.

El once titular de Vigo, sin ningún canterano, no sucedía desde 2001 en Liga, justo en mitad de aquella época para el olvido, bajo la presidencia del controvertido Joan Gaspart y los 5 años de sequía. Casi 17 años en los que La Masía ha tenido, aunque mínimo, un protagonismo esencial en este club que cambió su historia gracias precisamente a su cantera cuando Johan Cruyff le dio el protagonismo que se merecía.

Una sequía que no vislumbra el fin

Sergi Roberto ha sido el último canterano en afincarse en el primer equipo, pero desde entonces han desfilado muchos que no lo han logrado, como Gerard Deulofeu o Munir El Haddadi. También partieron en ese tiempo jugadores como Pedro o Cesc Fàbregas, que habían tenido su protagonismo en la etapa de Guardiola. Mientras, se fue apagando la generación de Carles Puyol, Xavi Hernández, Víctor Valdés y ahora también se ve ya el final de Andrés Iniesta en la entidad azulgrana.

Por si fuera poco, el filial lucha por sobrevivir en Segunda División, y en enero realizó hasta 5 fichajes y 8 salidas con el objetivo de salvar una temporada que sigue pintando mal, ante la amenaza inminente de un nuevo descenso a Segunda B. Por si fuera poco, solamente se intuye ahora mismo a Carles Aleñá como jugador con opciones reales de subir al primer equipo en verano. Y eso sin contar las fugas que se han producido como la de Sergio Gómez al Borussia de Dortmund.

Los fichajes del filial y las apuestas millonarias por suplentes del primer equipo como André Gomes, Paco Alcácer, Ousmane Dembélé o Yerry Mina también han provocado un auténtico tapón en las categorías inferiores. Se avecina talento en juveniles como Abel Ruiz o Juan Miranda, pero ahora mismo costaría encontrarles un lugar.

En definitiva, los recientes acontecimientos han generado un debate que, especialmente en función de lo que suceda este sábado en el Metropolitano, puede sacudir los cimientos del club. En cualquier caso ya se vislumbra que es necesario replantearse de nuevo el modelo de cantera, insistir en los métodos que antaño llevaron al éxito de La Masía y esperar a que, con un cuidado adecuado, florezcan desde la casa nuevas estrellas que sean la base del equipo. El camino, no obstante, se presenta largo y complicado.