Karim Benzema y la necesaria revolución del Real Madrid

Cuarto capítulo del especial Operación Triunfo que está realizando Zinedine Zidane con vistas a elegir a los que serán miembros activos de la plantilla del Real Madrid versión 2019-2020. El entrenador francés dio hoy la oportunidad de partir en el once inicial del choque frente al Eibar a algunos de los jugadores que no habían tenido la oportunidad de hacerlo en los choques anteriores, como son los casos de Sergio Reguilón en el costado zurdo o Fede Valverde en la medular.

Volvió también a la alineación merengue el galés Gareth Bale, ausente de inicio en la derrota ante el Valencia y al que poco a poco se le acaba el tiempo si quiere revertir el curso final de una historia que en estos momentos apunta con él fuera del equipo. Protagonista de una relación tirante ya con el entrenador en su anterior etapa debido a su disparidad de criterios, pocos son los que apuestan por que el jugador forme parte del club la próxima campaña.

No cabe duda que el Real Madrid se enfrenta a un tramo tremendamente complicado. Para un equipo con el gen competitivo como el merengue, un fin de temporada sin ningún reto más que el poder ser segundo en Liga por delante del Atlético de Madrid se presenta como una penitencia. Eso se nota en el lenguaje corporal de los jugadores, que más allá de los jóvenes que ven cada partido como un regalo (Reguilón, Valverde, Odriozola…) parecen desenchufados del juego. Es cierto que los dos primeros partidos en el Santiago Bernabéu tras el regreso de Zidane se habían saldado con victoria (Celta, Huesca), pero se debió más a fogonazos de calidad e individualidades que a una labor colectiva. Y eso es precisamente en lo que pondrá más énfasis el técnico durante los próximos meses.

Con el fichaje de Éder Militao cerrado hace semanas y un sinfín de nombres propios revoloteando (Eden Hazard, Cristian Eriksen, Paul Pogba…), el foco de atención parece completamente disperso.También en los jugadores blancos, que en una primera parte para olvidar vieron con el Eibar se marchaba a vestuarios con un 0-1 merced al tanto de Marc Cardona en el minuto. Uno de los que centro las iras del público fue un Gareth Bale silbado tras varias jugadas erradas y fallos que ya prácticamente nadie le perdona.

También estuvo en el centro de las iras Isco Alarcón. Otrora idolatrado en el Santiago Bernabéu, los excesivos arabescos del malagueño y la falta de fluidez en su juego debido al empeño en sobar la pelota en poco le ayudan a cambiar la dinámica. Con un Luka Modric incapaz de acertar en un pase y tanto Marco Asensio como Karim Benzema intrascendentes, los armeros aprovecharon una de las pocas oportunidades de las que dispuso para hacer saltar la sorpresa. El primer tiempo acabó con el Real Madrid sin tirar a puerta y realizando únicamente una falta (Valverde en el 4), clara muestra de lo que estaba siendo el partido.

Pareció servir la charla de Zidane en el vestuario y el Real Madrid arrancó enrabietado la segunda mitad. Los blancos dieron un paso al frente y mostraron un mayor interés para llevarse el choque. Y en una temporada en la que prácticamente todos los jugadores blancos han mostrado su peor versión, Karim Benzema ha sufrido el fenómeno inverso. Fue precisamente el francés el encargado de igualar el partido por medio de un certero cabezazo a pase de Marco Asensio. También de cabeza (ya en el minuto 81 y en esta ocasión gracias a la asistencia de Toni Kroos) el galo puso a los suyos por delante en el marcador (2-1). En el 86 Dimitrovic, en el 88 él mismo fallando a puerta vacía y en el 90 el poste frustraron la posibilidad de que el goleador se llevara el balón a casa. Con este doblete ya son 17 las ocasiones en las que el delantero ha visto puerta en Liga. Esta cifra se eleva hasta los 26 si tomamos como referencia todas las competiciones. Es quizá, el ex del Olympique de Lyon –junto a Sergio Reguilón- una de las pocas buenas noticias para los blancos.

De este modo, y pese a que todavía queda temporada por delante, no cabe duda que varios de los jugadores han firmado su sentencia como miembros de la plantilla del Real Madrid. La paciencia con varios de los antes llamados “intocables” ha terminado y durante el próximo verano seremos testigos de un éxodo sin ningún precedente. Que así sea.