Liga | Aritz Aduriz es eterno

Por Rafael Castro
6 min.
FC Barcelona @Maxppp

El telón de la Liga se alzaba esta noche en San Mamés, con muchas novedades y el estreno del campeón defendiendo su título. El FC Barcelona visitaba al Athletic de Bilbao y ha caído derrotado en ese primer encuentro del curso, con un golazo del venerado Aritz Aduriz en los instantes finales del encuentro (1-0). Una diana antológica de un jugador que se retirará en meses.

En mitad de agosto, con media España de vacaciones y muchas más incertidumbres que nunca en el mercado, entre ellas la del fichaje de Neymar, el FC Barcelona iniciaba la temporada sin Lionel Messi y en un complicado escenario. El Athletic de Bilbao, muy poco protagonista en este periodo de traspasos, era el anfitrión en este estreno de la Liga que se ha querido potenciar por todo lo alto, con nuevo himno de la competición y unas cuantas novedades. Sobre todo en la alineación de Ernesto Valverde, más revolucionaria de lo previsto. Ninguno de los habituales titulares del curso pasado salía de inicio en un centro del campo compuesto por Frenkie De Jong, Sergi Roberto y Carles Aleñá. Los mismo hombres que dejaron buenas sensaciones ante el Nápoles hace solamente unos días. Y un aviso para el resto del curso: no habrá intocables. Que se lo digan a Sergio Busquets. El holandés se situaba en la posición de pivote defensivo, pero apenas pudo sacar su mejor versión en el primer acto. Muy encajonado entre los centrales y con Raúl García dándole la bienvenida en primera persona, el neerlandés apenas encontraba socios. Sus compañeros de reparto esta noche no se sincronizaban bien, cosas de la pretemporada y de la falta de rodaje. Pero así no hay avisos que valgan para los titulares. El caso es que esto le costó al cuadro culé tener un primer tiempo bastante intranquilo.

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Eso, y evidentemente un gran trabajo de los de Gaizka Garitano, que sobre el papel ganaría el primer asalto a los puntos. Con una presión alta y asfixiante, los leones se comieron a los azulgranas en buena parte de la primera mitad. Provocaron pérdidas notables de balón, impidieron continuidad en el juego ofensivo culé y por tanto arrebataron en muchas fases el esférico a los visitantes. Y por si fuera poco, todo ello con un gran Iñaki Williams que celebraba su renovación mostrando su cara más competitiva y peligrosa. Le faltaba el gol, pero dispuso de las mejores ocasiones de los locales, desbaratadas ambas por Marc-André Ter Stegen. Un disparo lejano que el meta alemán desviaba con una gran parada, y otra en un mano a mano que el delantero vasco falló tras un control defectuoso. Pero sobre todo la sensación de que a los azulgranas les costaba mucho sacudirse bien la presión y llegar con claridad al área de Unai Simón.

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Poco a poco lo fueron logrando, primero por medio de un Ousmane Dembélé más tímido que de costumbre, y después con Luis Suárez en la primera ocasión clara de los catalanes. El uruguayo se marchaba lesionado a la media hora pero antes tuvo tiempo para enviar una pelota al palo tras error de bulto de la zaga rival. No terminó de mezclar bien el uruguayo con un todavía inadaptado Antoine Griezmann, que tampoco se entendía con Jordi Alba. Faltan horas de vuelo. Aun así, pese a mostrar pocos argumentos ofensivos, escuadras como la azulgrana andan sobradas de calidad, por eso tuvieron dos oportunidades claras. La primera, la ya narrada del delantero charrúa. Y la segunda la tendría su sustituto, Rafinha, que se fabricó una buena jugada personal y un sensacional disparo que Unai Simón y el larguero evitaron como el primer gol del encuentro. Los azulgranas metían así algo de miedo al descanso, pero les hacía falta cambiar cosas. Por eso en el descanso iba a entrar Ivan Rakitic por Carles Aleñá, para buscar otro dinamismo en la medular.

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Aritz Aduriz relanza su leyenda

Entraba el croata por el canterano con la intención de dar más consistencia al centro del campo, y sobre todo, si era posible más fluidez en ataque. Eso, unido a la capacidad de Rafinha para asociarse en el centro del campo, dio a los azulgranas mucho mas control de la pelota en la segunda parte. Especialmente al inicio de este acto, donde los cules llegaron a acogotar a su rival, aunque sin ocasiones muy claras. Sin Luis Suárez ni Lionel Messi, le falta mordiente al equipo arriba. Antoine Griezmann no encontraba su lugar y Ousmane Dembélé, a banda cambiada, tampoco. Aun así este último dejó los mejores detalles de calidad cuando lograba asociarse con Rafinha. De hecho la jugada de mayor peligro de los catalanes salió de las botas de ambos, con disparo del brasileño al lateral de la red.

Los rojiblancos encontraban en este tiempo menos espacios y menos oportunidades de encerrar a su rival en su área como en el primer tiempo. Aunque sí llevaron peligro en un par de acercamientos, de nuevo con Iñaki Williams como hombre con más peligro. También penalizaron las salidas de balón desde el costado de Clément Lenglet, a quien le sigue costando dar una salida fluida como vimos la temporada pasada. Aunque poco a poco, con más fe casi que calidad, el partido se fue encaminando a un final en el que parecía que podría haber pocos movimientos, o ninguno, en el marcador. Pero lo mejor nos esperaba al final.

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Porque con apenas 4 minutos más el añadido, la Catedral despedía al mejor de los suyos esta noche, el recién renovado Iñaki Williams, con una gran ovación tras su prolongación. Y entraba un mito viviente: Aritz Aduriz. Lo recibió San Mamés con una ovación atronadora, pero eso no era nada. Porque el delantero marcaba un auténtico golazo en su primer toque de pelota. Una media chilena con la que batía a Ter Stegen en la recta final del encuentro, dejando a los catalanes sin ningún punto en su estreno liguero. Una diana de las que se van a recordar por mucho tiempo, y que sin duda alguna hará pensar a muchos en el Botxo por qué tiene que retirarse esta leyenda, que hace cuatro años ya regalaba otra gran tarde de verano a los suyos con un hat-trick singular en la Supercopa de España.

En el lado del FC Barcelona, la derrota va a tener sin duda alguna más consecuencias de las que se podrían esperar hace unas horas. Con la salida de Philippe Coutinho aclarada, el caso Neymar candente, y Rafinha siendo el mejor de los culés pese a que su venta parecía clara, el conjunto azulgrana tiene dos semanas por delante para pensarse muchas cosas. Veremos lo que sucede en el mercado, si hay cambios inesperados, algún fichaje más que nadie sabía o salidas con las que no se contaba. Son las consecuencias de comenzar el curso con el mercado abierto. Por otro lado, puede que se trate solamente de un tropiezo aislado, consecuencia de una pretemporada agitada y con muchos viajes. La semana que viene saldremos de dudas, pero de momento quedan muchos días por delante y se hablará de muchas cosas aún...

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