Liga | Casemiro se disfraza de goleador para dejar al Real Madrid en cabeza

Real Madrid 2 – 1 Sevilla

Rinat Dassaev fue uno de los grandes referentes del fútbol de los ochenta.Considerado por muchos como el mejor portero de su época, el arquero labró un más que notable currículum defendiendo la portería del Spartak de Moscú. A nivel internacional su momento álgido lo alcanzó en el verano de 1988, cuando se convirtió en subcampeón de Europa junto al resto del combinado ruso después de perder la final ante una excepcional selección holandesa comandada por Marco van Basten.

Tras un intenso verano en el que se acumularon los elogios, el portero se terminó convirtiendo en uno de los fichajes estrella del Sevilla a cambio de 200 millones de pesetas y vino acompañado incluso del KGB.De este modo, el portero tuvo la oportunidad de salir por primera vez de la URSS después de unas intensas negociaciones en lo que fue un auténtico hito. Fue recibido en el aeropuerto de la ciudad andaluza por tres mil personas como una estrella rock y había muchas esperanzas depositadas en que sus actuaciones supusieran un impulso para la escuadra del Sánchez Pizjuán. Fue precisamente en su estadio en el que el ruso disputó su primer encuentro. ¿El rival? El Real Madrid. El primer disparo que recibió Dassaev como portero del Sevilla fue de Paco Llorente y acabó dentro de la portería.Ese fue el preludio de una etapa para el olvido en el que alternó algunas buenas actuaciones con otras lamentables que incluyeron incluso un gol en propia puerta ante el Logronés. Vestía de amarillo.Ya en julio de 1991, y con su contrato recién finalizado, el portero precipitó su Citröen BX al foso de cinco metros que rodea el Rectorado de la Universidad de Sevilla. Esto precipitó su retirada. Acababa de cumplir los 34 años.

Coincidió el ruso en su etapa en el Sevilla con todo un futuro referente del club: Monchi.Suplente habitual desde su ascenso al primer equipo, el de San Fernando logró consolidarse entre los palos del cuadro andaluz entre 1995-1997 después de tener precisamente a Rafaé (como era conocido el tártaro) como entrenador de porteros, lo cual le dio un notable impulso tal y como él mismo reconoció. Es precisamente el propio Monchi el gran arquitecto de este Sevilla que hoy visitaba el Santiago Bernabéu para enfrentarse al recién coronado Supercampeón de España.

Un centro del campo con menos control… pero con Casemiro

Decidió Zinedine Zidane rotar algunas de sus piezas y aparecieron en el once algunos de los suplentes en la consecución del título ante el Atlético de Madrid. Con la entrada de Marcelo, Militao, Rodrygo y Lucas Vázquez el entrenador francés pretendía aportar una mayor viveza al juego. La apuesta por los cinco centrocampistas se quedaba reducida a tres e Isco veía el inicio del choque desde el banquillo.El Sevilla se aprovechaba de este déficit local en la medular para equilibrar el choque e impedir que el Real Madrid se lo llevara a su terreno.

Los minutos avanzaban y las imprecisiones se multiplican a la misma velocidad a la que la lluvia se intensificaba sobre el terreno de juego. Lo más significativo de la primera mitad fue el tanto anulado por el VAR a los visitantes debido a la falta de Gudelj sobre Éder Militao antes de que De Jong viera la red, acción que fue vehemente debatida por Julen Lopetegui. En el Real Madrid se hacía cada vez más palpable la falta de conexión de Luka Jovic con sus compañeros, mucho más acostumbrados a que el punta de turno baje a recibir y favorezca la oxigenación de juego como hace Karim Benzema cuando está sobre el tapete.Lucas Vázquez y Rodrygo se mostraban voluntariosos pero no generaban demasiado desequilibrio, lo cual se traducía en un equipo excesivamente plano e incapaz de generar peligro.

La segunda mitad estaba siguiendo el mismo camino. El Real Madrid no terminaba de mostrar fluidez y el partido iba haciéndose más y más pastoso… hasta que apareció Casemiro.El centrocampista brasileño emergió de segunda línea para introducir con sutileza en la portería de Vaclik un excepcional balón servido por Luka Jovic con el tacón (1-0). Era el minuto 57 y apenas tres después Karim Benzema y Vinicius estaban sobre el césped para ocupar el hueco del citado Luka Jovic y Rodrygo.

De Jong empataba el choque en el 65 merced a un sensacional zapatazo (1-1) que provocaba la aparición de unas dudas que Casemiro se encargaba de despejar con un sensacional remate de cabeza que significaba el 2-1 (70). El canarinho estuvo cerca de redondear su actuación en el 74 con un disparo desde fuera del área que se escapó a la izquierda del portero. Mientras a más de 1800 km un joven Erling Haaland hacía tres goles en sus primeros 20 minutos como jugador del Borussia Dortmund, el centrocampista brasileño sacaba las castañas del fuego para un Real Madrid sigue presentando sus credenciales para luchar por todo.