Liga | El FC Barcelona maquilla sus carencias a balón parado

Leganés 1 - 2 FC Barcelona

Mientras ayer el Borussia de Dortmund, próximo rival del FC Barcelona en una Champions League que se reanuda la semana que viene, demostraba que el regreso de los parones FIFA es traicionero, los azulgranas se presentaban avisados en Butarque. Principalmente por su mediocre juego y sus dudas de las últimas semanas, en las que los culés mostraron su peor cara, principalmente en la última salida de Liga que fue la visita al Levante. Enfrente una escuadra que, pese a ser colista, llegaba renovada con el desembarco de Javier Aguirre. Bien pronto se notaba la mano del mexicano en el Leganés, aunque antes nos vamos a detener en el revolucionario once de Ernesto Valverde.

Los laterales eran Junior Firpo y el hasta hoy inédito Moussa Wagué, reclamado en verano como lateral diestro suplente. Solamente Gerard Piqué era habitual en una defensa que ya de por sí es un quebradero de cabeza esta temporada por sus continuas concesiones. Aunque la gran novedad estaba en ataque, donde Lionel Messi era el enganche de un 4-2-3-1 en el que cabían Ousmane Dembélé, Antoine Griezmann y Luis Suárez. Buscaba el Txingurri atacar la previsible defensa de 5 de su rival, y se alaba su apuesta ofensiva. El problema es que el gran hándicap de su equipo este curso es la falta de control de los partidos y reducir el centro del campo a la mínima expresión lo agravaba. Si a eso sumamos que Griezmann sigue inocuo en ataque y no encuentra posición por muchos cambios que se hagan, Dembélé sigue sin acertar en la toma de decisiones pese a su evidente electricidad, y Messi no hace el milagro del día todo es en vano.

11' ¡GOOOOOOOL GOOOOOOOL GOOOOOLAAAAAAZO DEL LEGA! ¡GOOOOOOL DE YOUSSEF EN-NESYRI! 1-0 #LeganésBarça #VamosLega pic.twitter.com/NNUD7R0zLG

— C.D. Leganés (@CDLeganes) November 23, 2019

Probablemente en un orden normal de las cosas (algo utópico en el fútbol) la primera parte daría solamente para un empate sin goles. Pero en el 12' Youssef En-Nesyri se inventaba un golazo tras un fallo en cadena de la zaga culé y su centro del campo. El marroquí sembraba el pánico en las filas del conjunto visitante, que no encontró en la primera parte el camino del gol y solamente inquietó con un remate de cabeza de Luis Suárez, muy aislado. A esto hay que añadir y subrayar el gran orden defensivo de los locales, que impidió cualquier acercamiento consistente de los catalanes, tan desordenados en defensa como en ataque este curso. Una primera parte que sin duda ejemplifica todos los malos síntomas ofrecidos desde agosto, y que aumentaba aún más las dudas.

Remontada a balón parado

Con el marcador en contra, Sergio Busquets con tarjeta amarilla (se perderá la visita al Atlético de Madrid) y las prisas por remontar para ganar primero confianza y cortar de raíz otra crisis, el FC Barcelona salió igualmente desordenado al campo. Aunque la mejoría pareció más evidente casi más por las ganas de remontar que por fútbol. Esto último les falta a los campeones de Liga esta campaña y eso es lo más preocupante. Calidad en determinadas zonas como la delantera sobra, y de hecho gracias a ella igualaba el partido, si bien antes fue Gerard Piqué el que tuvo el empate con un cabezazo al larguero. Sería no obstante Luis Suárez el que marcaba en el 53', pero a balón parado tras cabecear una falta bien lanzada por Lionel Messi. La conexión de siempre al rescate.

¡¡GOOOOOOL DEL BARÇA!! ¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL DE @LuisSuarez9! (1-1, min 53) #ForçaBarça pic.twitter.com/ssQR4R2byy

— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) November 23, 2019

Si el juego no fluía bien esta era una buena posibilidad a explotar, aunque no suficiente según pasaban los minutos. Ernesto Valverde movía ficha pronto porque daba entrada a Arturo Vidal e Ivan Rakitic, además de Ansu Fati poco después. Griezmann fue el primer señalado y también sustituyó a la pareja de mediocentros, muy cansada del esfuerzo realizado y con riesgo de empeorar todo. Pero los minutos iban pasando y se encaminaba el partido a un final en el que los culés asediaban el área de Cuéllar con más empuje emocional que futbolístico.

Y fue precisamente por empuje, en este caso el de Arturo Vidal que suele brillar más que el resto en partidos desordenados, atascados e imprevisibles como este. No es un jugador del famoso ADN Barça, está claro, pero ya sabemos por qué sus cualidades de bombero son tan útiles para Ernesto Valverde. En medio de un FC Barcelona incapaz de fluir bien ofensivamente fuera de casa, el chileno encontraba oro con su gol en el 81', pescando un rechace en el área tras otro saque de esquina. En este caso favorecido por el hecho de que la pelota tocó previamente en un jugador rival, lo que habilitó el gol que fue revisado por el VAR. La fe del centrocampista volvía a ser determinante para dar aire a un Ernesto Valverde que volvía a acertar con los cambios.

No obstante, y aunque los tres puntos suben igualmente para la clasificación y quizás en semanas nadie recuerde cómo se ganaron, las sensaciones que muestra el cuadro azulgrana siguen siendo preocupantes. Los fallos defensivos son habituales, la falta de control de los partidos en el centro del campo una realidad, y en ataque solamente Lionel Messi parece tener la inspiración adecuada para cambiar las cosas. El día que no se muestra tan brillante como acostumbra, como fue hoy, el equipo sufre por su falta de contundencia. Su entrenador está probando este curso más cosas que nunca pero no ha encontrado la fórmula correcta. Ahora dos huesos: Borussia de Dortmund y Atlético de Madrid, que pondrán al equipo en su estado real.