Lejos de sentirse impresionado, el brasileño Lucas Moura asumió con total naturalidad el hecho de que hasta el mismísimo José Mourinho se tome la molestia de seguir sus evoluciones.
El pasado sábado, Jose Mourinho se desplazó hasta la ciudad alemana de Hamburgo para presenciar el partido amistoso que enfrentaba a las selecciones de Brasil y Dinamarca. Su objetivo no era otro que tomar buena nota del rendimiento ofrecido por Lucas Moura, uno de los grandes objetivos del Real Madrid para el curso que viene.
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Como cabía esperar, los medios se apresuraron a cuestionar al mediapunta por la presencia del preparador luso en las gradas, y el jugador, lejos de sentirse impresionado, asumió con naturalidad esta circunstancia. «Sabía que iba a ver el partido de algún modo», aseguró.
Es más, en declaraciones recogidas por el diario Folha de São Paulo, el canarinho aseguró que la asistencia de Mou al encuentro no cambió su comportamiento dentro del terreno de juego. «Iba a correr de cualquier modo», añadió.
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Habilidoso, desequilibrante y con una excelente visión de juego, Lucas ha progresado notablemente desde que accedió a la primera plantilla del Sao Paulo y en poco más de dos cursos ya ha sido capaz de acumular 97 partidos con la primera plantilla (24 goles).
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