Las últimas informaciones, palabras, gestos y reacciones conducen a pensar en que la marcha del galés es evidente y está más cercana que nunca.
«Está claro que me emociona más jugar con Gales que con el Madrid. Conozco a la mayoría de mis compañeros desde que teníamos 17 años. Es como jugar con tus amigos un domingo en el parque. Es normal. Aquí hablo mi propio idioma y me siento más cómodo. Pero eso no cambia lo que hago en el campo. Siempre doy el 100 por ciento en el campo donde quiera que esté, eso es lo que siempre intento por hacer. Si esta semana hubiera tenido partido con el Real Madrid, hubiera estado listo y entrenando para jugar. A lo mejor a ellos no les parece bien, pero es sólo una coincidencia que esta semana haya partido de la selección».
Así hablaba este viernes Gareth Bale desde la concentración de Gales, en unas declaraciones que no han sentado bien en el entorno y prensa afín al Real Madrid. Es más parecen haber sido el detonante de las tensiones acumuladas durante varias semanas, porque el jugador no ha disputado un solo minuto entre las fechas FIFA de octubre y las actuales, habiendo regresado lesionado el mes pasado.
Esto se suma durante la semana a la reaparición de nuevos rumores sobre su adiós, la crítica más abierta de medios afines al presidente Florentino Pérez, su gran valedor hasta ahora, e incluso la propia postura del jugador. A diferencia de lo que sucedió en verano, optando por un perfil bajo y discreto, ahora se ha atrevido a hablar, consciente de cada repercusión de sus palabras.
Todo esto conduce a pensar que es más probable que nunca su marcha, quizás incluso en el mercado invernal. Por si fuera poco Rodrygo parece haber paliado en gran parte esa falta de gol que ha atenazado al equipo. Las posibilidades de que abandone el club aumentan considerablemente.
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