Real Madrid: Gareth Bale en el laberinto

El verano de 2013 fue prácticamente monopolizado por Gareth Bale. El galés, por aquel entonces estrella y referente del Tottenham, se convirtió en uno de los grandes objetivos de un Real Madrid que finalmente terminó tirando la casa por la ventana a fin de hacerse con sus servicios coincidiendo prácticamente con el final del mercado.

Sin pretemporada, e inmerso en una serie de problemas físicos que le impidieron estar al mismo ritmo que el resto de sus compañeros, el ciclón galés difuminó con unas cifras más que notables (22 goles y 18 asistencias en 44 partidos) un rendimiento que estuvo muy alejado de lo que esperaron los aficionados. Autor de goles clave en las finales de Liga de Campeones y Copa del Rey (quién no recuerda su espectacular carrera frente a Bartra), el jugador explotó demasiado sus cualidades individuales y no participó del juego asociativo blanco.

De este modo, la presente temporada se presentaba como una gran oportunidad para disfrutar del juego del internacional galés. Descansado debido a su no participación en el Mundial, con una pretemporada completa… las expectativas se habían disparado. Sin embargo, el extremo no termina de explotar.

Poco solidario en el esfuerzo (ayer pudo comprobarse su falta de implicación ante el Basilea) y apenas participativo en el juego, el galés se limita a aprovechar su velocidad y potencia para aprovechar los huecos de las defensas contrarias a fin de engordar sus cifras (6 goles y 5 asistencias en 16 partidos), si bien esto no termina de convencer a la parroquia blanca, sobre todo a la vista del excepcional nivel y trabajo que está evidenciando Isco. De este modo, pese a que el propio Gareth Bale rechazó ayer la posibilidad de no estar pasando por un buen momento, el ex del Tottenham deberá mejorar sus prestaciones en los próximos partidos si no quiere ver como las críticas hacía él se disparan.