Real Madrid: Isco e Illarramendi, el gris futuro de 2 fichajes millonarios

Por Juan C. Navarro
2 min.
Real Madrid CF Francisco Román Alarcón Suárez @Maxppp

Fichados en 2013 para cumplir uno de los grandes anhelos de Florentino Pérez -españolizar el Real Madrid- ni Isco ni Asier Illarramendi cuentan ya con grandes opciones de asomarse a los onces iniciales de un conjunto que este curso ha vuelto a apostar por estrellas internacionales.

Al acabar la temporada 2012-2013, tanto Asier Illarramendi como Isco miraban al futuro con optimismo. Ambos habían firmado brillantes temporadas con sus respectivos equipos (Real Sociedad y Málaga, respectivamente) y los dos habían logrado llamar la atención del Real Madrid, conjunto que ni dudó a la hora de abonar la friolera de 30 M€ por cada uno de ellos.

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En la presentación de ambos futbolistas, el presidente blanco, Florentino Pérez, sacó pecho y proclamó que su fichaje respondía al viejo deseo de españolizar un club que, durante los últimos años, se había caracterizado por apostar casi exclusivamente por jugadores foráneos.

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Un año después, aquellas ilusiones del mandatario han quedado sepultadas por la cruda realidad. Y es que, al hecho de que ambos no hayan logrado causar el gran impacto que se esperaba (especialmente decepcionante fue el estreno de Illarra), se suma la circusntancia de que los dos nuevos fichajes de la entidad, el alemán Toni Kroos y el colombiano James Rodríguez les hayan complicado, aún más, la posibilidad de hacerse un hueco en los onces iniciales.

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Salvo giro drástico en los acontecimientos, el inmediato futuro de ambos jugadores pasa por permanecer vinculados al Real Madrid durante la presente temporada. Será una campaña sumamente difícil en la que tendrán que esperar a los últimos instantes de los choques o a partidos de segundo orden para hacer méritos y convencer a un Carlo Ancelotti que hasta la fecha sólo le ha brindado 65 minutos en partidos oficiales al malagueño Isco y 5 al guipuzcoano Illarramendi.

Tanto para el andaluz como para el vasco, una temporada de banquillo y grada supondrá un freno en sus aspiraciones profesionales y en su lucha por formar parte de la nueva generación de futbolistas que revitalicen a la Selección de España absoluta. Su futuro pinta gris...casi negro.

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