Villarreal | ¿Es grave, doctor?

Con la excepción del año del descenso (2012), el Villarreal normalmente se ha asentado siempre entre los primeros clubes de la Liga española en los tres últimos lustros. Incluso logró que su filial jugara en Segunda División, demostrando así que el proyecto emprendido hace ya tiempo desde la directiva de este club ha ido por buen camino.

Afincado en una modesta población de la provincia de Castellón, este conjunto se ha acostumbrado a pisar zona europea y a ver desfilar por sus filas a estrellas importantes. Algunas están poco tiempo porque son reclamadas por clubes más poderosos, pero al igual que los entrenadores que van pasando, todos parecen encontrar su sitio en este equipo que, de una u otra manera, consigue sacar buenos resultados para mantenerse en la élite.

Hace poco más de un año ya se vivió una situación excepcional con el cese de Marcelino García Toral, ahora entrenador del Valencia, en agosto, justo antes de arrancar la campaña. La destitución no tuvo que ver con resultados deportivos, que además después de eso siguieron siendo aceptables con la llegada de Fran Escribá al banquillo. El club castellonense quedó quinto la temporada pasada, a 5 puntos del Sevilla, y ganándose el derecho a disputar un año más la Europa League.

Pocos cambios en la plantilla

Así llegamos al verano, donde la plantilla de esta escuadra fue una de las que menos cambios vivió en Primera División. La salida de Mateo Musacchio al AC Milan fue la más destacada, mientras se fueron también Roberto Soldado, Jonathan Dos Santos, así como jugadores que estaban cedidos, como Adrián López o Rafael Santos Borré.

Llegaron a cambio Rubén Semedo, Enes Ünal y Pablo Fornals, (con una inversión de 44,5 M€), además de Carlos Bacca como cedido. Se mantuvieron por tanto en la plantilla jugadores clave el curso pasado como Roberto Soriano, Manu Trigueros, Cédric Bakambu o Samu Castillejo. Este último es el que mejor está rindiendo en este complicado inicio de campaña, que el domingo vivía su peor momento con la goleada en casa del Getafe (4-0).

Esa derrota, como ya saben, ha supuesto el cese de Fran Escribá y la apuesta por Javi Calleja, entrenador de la casa, para que pueda dar un cambio de rumbo. Porque hasta ahora el Villarreal ha sumado 7 puntos de 18 posibles, pero ha dado una mala imagen en varios partidos, comenznado por el del Coliséum y sin olvidarnos del debut en la Europa League ante el Astana en El Madrigal.

Aunque el peso de la culpa ha recaído sobre un Escribá que tiene su responsabilidad, es justo señalar que los refuerzos tampoco están respondiendo a las expectativas. Carlos Bacca lleva 2 goles en 6 partidos, si bien tiene todavía tiempo para mejorar su imagen y terminar siendo decisivo. Ünal y Fornals han tenido sus oportunidades, pero no han marcado las diferencias. Y sin duda el fichaje que peor ha comenzado ha sido el central Rubén Semedo, que ha propiciado que se note todavía más la baja de un Mateo Musacchio a quien se echa mucho de menos.

Por si fuera poco, las lesiones no han ayudado, de forma que Andrés Fernández se ha unido a Sergio Asenjo con una lesión de larga duración. Mariano Barbosa no ofrece las mismas garantías que ambos españoles bajo los palos, y por si fuera poco los goles encajados (9) superan a los marcados en Liga (3).

Se busca reacción

Todo ello ha propiciado que la escuadra castellonense busque ahora un cambio de rumbo, aunque la situación no sea crítica. Los puestos europeos no están demasiado lejos todavía, y en la Europa League las opciones siguen intactas. Pero la directiva del Villarreal ha detectado que el equipo necesitaba cambios.

Especialmente porque hay otros conjuntos de la Liga, como Real Betis, Espanyol, Athletic Club, Real Sociedad, Levante o Celta, que tienen proyectos sólidos que quieren pelear por estar en esos puestos nobles que darían acceso a Europa.