El imparable descenso a los infiernos del Anzhi

Samuel Eto'o, Willian, Lassana Diarra, Yuri Zhirkov... Desde que adquirió el Anzhi Makhachkala en enero de 2011, el multimillonario ruso Suleyman Kerimov decidió apostar fuerte. Su objetivo: hacer el club de Daguestán, un conjunto que apenas había logrado dos títulos de liga, el más grande de Europa.

Tras más de dos años de locura inversora, las cifras son alarmantes: 234 M€ gastados en el mercado de fichajes, nóminas por valor de 80 M€ y cerca de 60 M€ para mejorar la infraestructura de la entidad... ¿Y todo para qué? Pues para apenas alcanzar una final de copa y los octavos de final en la última edición de la Europa League. En otras palabras, nada de nada.

Consciente del fracaso, Kerimov decidió cambiar su estrategia durante el pasado verano. «El Anzhi será reorganizado. Muchas de nuestras estrellas dejarán el Anzhi y el presupuesto del club se reducirá entre 50 y 70 M€ por año», confirmó a principios de agosto, el presidente del club, Konstantin Remchukov. Como inmediata consecuencia de sus palabras jugadores como Samuel Eto'o, Willian (ambos fichados por el Chelsea), Zhirkov, Kokorin y Denisov (Dynamo Moscú) hicieron las maletas y dejaron contras las cuerdas al conjunto de Makhachkala .

Tras el alentador empate ante el Lokomotiv de Moscú en el arranque de Premier Liga (2-2), el Anzhi ha encadenado una racha de seis empates y seis derrotas que le han condenado al último puesto de la tabla. El pasado fin de semana, los amarillos recibieron ante él que no hace mucho era un rival en la lucha por los primeros puestos, el Rubin Kazán, un severo correctivo, un 5-1 que ha dejado el nuevo proyecto de Kerimov al borde del naufragio. En el fútbol, del cielo al infierno hay una distancia muy corta...