Si hay una posición que ha querido renovar el técnico galo desde que se inició el mercado, ésa ha sido, sin duda, la de portero. Sin embargo, con el plazo de transferencias cerrado, el Arsenal sigue contando con la misma nómina de guardametas.
Manuel Almunia puede respirar tranquilo. Aunque el técnico Arsene Wenger se había empeñado en encontrarle un sustituto, ninguna de las negociaciones que mantuvo abiertas el Arsenal hasta última hora llegó a concretarse.
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El último en caerse de la lista de objetivos fue Mark Schwarzer. El australiano figuraba en la agenda de los gunners desde hace meses y en muchos momentos llegó a dar la sensación de que su fichaje era casi cuestión de horas. Nada más lejos de la realidad.
En un vibrante final de mercado, la entidad inglesa lanzó una oferta de 4 millones de libras (casi 5 M€) que el Fulham consideró oportuna, pero que quedó supeditada a la búsqueda de otro guardameta que cubriese la baja del internacional.
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Los cottagers lo intentaron primero con el argentino Julián Speroni, pero el Crystal Palace exigió una cantidad excesiva, y después se lanzaron a por el brasileño Alexander Doni, pero su propuesta de cesión fue rechazada por la AS Roma. Y sin recambio, Schwarzer dejó de estar en venta.
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