El adiós de Arsène Wenger acaba con una era en la Premier League

Cuando el Arsenal tuvo un entrenador diferente al de Arsène Wenger estábamos en el siglo XX, y han pasado muchas cosas desde aquel lejano 1996. Obviamente el fútbol también ha cambiado desde aquel 30 de septiembre, de forma que hoy en día se antoja inimaginable pensar que un entrenador pueda estar al frente de la misma escuadra tantos años.

El francés se ha convertido, pese a las críticas de los últimos años, en uno de los grandes símbolos en la historia de este legendario y centenario club. Porque así lo avalan sus números. Ha ganado la Premier League en 3 ocasiones (1998, 2002 y 2004), además de 7 títulos de la FA Cup (1998, 2002, 2003, 2005, 2014, 2015, 2017), y 7 de la Community Shield (1998, 1999, 2002, 2004, 2014, 2015, 2017).

Solamente le faltó la Copa de la Liga, además de un entorchado europeo que todavía puede lograr, si bien su gran espina fue la Champions League que en 2006 se le escapó a manos del FC Barcelona. En el año 2000 perdió también la final de la Copa de la UEFA ante el Galatasaray, pero podría redimirse ahora si supera al Atlético de Madrid en la Europa League y se mete en la final de Lyon. Sin duda un gran broche a la trayectoria de Wenger con el Arsenal si lograra este título.

Retazos de otra época

Es además el técnico que más partidos de Premier League ha dirigido (823) en la historia, por delante de un Sir Alex Ferguson que en cambio le supera en victorias (528 contra 473). Además logró en 2004 la Premier League sin perder ni un solo encuentro, una racha que unida a los partidos de las temporadas anterior y posterior provocó que alcanzara los 49 encuentros del campeonato doméstico sin conocer la derrota.

Además vivió la transición entre el mítico Highbury Park, estadio centenario del Arsenal, y el novedoso Emirates Stadium que permitió acoger a más aficionados, pero que sin duda acabó con parte de aquel gran encanto del añorado y coqueto estadio londinense, casa de grandes leyendas.

Él se ha ganado por derecho propio ser una de esas leyendas, seguramente la más grande en el banquillo con permiso del mítico Herbert Chapman. Muchos aficionados pedían hace tiempo su cabeza, pero seguro que ahora será añorado. Y, cuando se vean sus logros con la perspectiva que la actualidad futbolística apenas permite tener, pasará a ser un auténtico mito.