Tras constatar que el Everton no iba a dejar salir al anhelado John Stones, el Chelsea realizó un casi desesperado intento por reclutar al experimentado Luisao. Su club, el Benfica, instó al cuadro londinense a pagar la cláusula de rescisión y los blues acabaron decantándose por el sorprendente Papy Djilobodji.
Reforzar el eje de la zaga se convirtió en una verdadera obsesión para José Mourinho. El técnico luso comprobó en el arranque del curso que su parcela defensiva no ofrecía suficientes garantías e instó a la directiva del Chelsea a cerrar la incorporación de un nuevo central.
Todos los esfuerzos del cuadro inglés se centraron en la posible contratación de John Stones, pero pese a los reiterados intentos, el Everton se cerró en banda e impidió la marcha de su pupilo. En consecuencia, el cuadro de Stamford Bridge se vio obligado a buscar otras alternativas cuando el mercado casi agonizaba.
En ese ya casi desesperado intento por satisfacer a su técnico, la entidad lanzó sus redes sobre el experimentado Luisao (34 años). Según O Jogo, los británicos estaban dispuestos a abonar unos 5 M€, pero su club, el Benfica, se despachó pidiendo los 20 M€ de su cláusula de rescisión, una cifra tan inasumible como los 3 M€ por temporada que pretendía seguir cobrando el brasileño.
Al final, y casi por obligación, el Chelsea se vio obligado a reclutar a Papy Djilobodji (Nantes). El senegalés, al que recientemente se le había vinculado con el Celta de Vigo, no dudó en aceptar la propuesta y asumió el reto de ponerse a las órdenes del siempre exigente Mou.
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