Empeñado en fichar a Clint Dempsey, el técnico del Liverpool, Brendan Rodgers, se mostró dispuesto a sacrificar a tres jugadores que, en teoría, cuentan con un rol importante dentro de su plantilla.
El gran fracaso estival del Liverpool tiene nombre propio: Clint Dempsey. El norteamericano parecía destinado a recalar en Anfield Road, pero un habilidoso movimiento del Tottenham en las últimas horas del mercado de verano provocó su desembarco en White Hart Lane.
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Y no se puede decir que los reds no lo intentaron. Según desvela hoy el Daily Mail, la obsesión de Brendan Rodgers por el jugador del Fulham era tan evidente, que en esa apasionante recta final, el técnico llegó a ofrecer a tres jugadores de su plantilla para intentar favorecer su llegada al cuadro de Mersey.
En la lista de piezas que podían ser sacrificadas figuraban el lateral español José Enrique, el centrocampista Jordan Henderson y el extremo Stewart Downing, tres futbolistas que, en teoría, cuentan con un rol importante dentro del equipo.
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Con el fichaje de Dempsey, Rodgers pretendía minimizar el daño causado con una cesión que no le había hecho ni pizca de gracia, la del delantero Andy Carroll al West Ham United.
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