Víctor Valdés sigue con su descubrimiento de la otra cara del fútbol

Es sin duda uno de esos casos de futbolistas cuyo reconocimiento llegará con el paso del tiempo. Quizás de demasiado tiempo. Tras su salida el FC Barcelona siguió ganando, pero ya nada será igual. Mucho camino tiene Marc-André Ter Stegen por delante para superar la figura de Víctor Valdés, el mejor portero por números y títulos de la historia del conjunto azulgrana. Y de momento el alemán ha alternado magníficas actuaciones con otras dudosas e incluso desastrosas.

Tampoco los inicios del de L’Hospitalet fueron sencillos, e incluso echando la vista atrás vemos errores similares a los cometidos por el alemán jugando con los pies (David Villa era quien mejor los sabía aprovechar, sin duda). Tuvo también sus dificultades con Louis Van Gaal al inicio (la historia se repetiría curiosamente en Manchester), pero su destino cambió sin duda tras su gran actuación en la final de la Liga de Campeones de 2006. Paró todo lo parable, fue vital para la consecución del título culé, aunque todo el mundo recuerde los goles de Eto’o o Belletti.

Siguieron los éxitos con Pep Guardiola y en 2014 se marchó por la puerta de atrás. Por decisión propia: no quiso despedidas ni homenajes, mientras estaba lesionado de gravedad. Una lesión que le hizo ver la cara amarga del fútbol, como él ha contado en varias ocasiones. Acabó en el Manchester United, donde no tuvo minutos, hasta que salió cedido en enero de este año al Standard de Lieja, pero tampoco la aventura fue satisfactoria.

Territorio inexplorado en el Middlesbrough

En verano se decantaba por el proyecto de Aitor Karanka en el Middlesbrough inglés, pero las cosas no están saliendo como esperaba. Ha participado hasta ahora en 7 encuentros de su equipo, y no conoce la victoria desde el terreno de juego, mientras ha encajado 10 goles hasta la fecha. Aunque tampoco son unas cifras extrañas en un equipo recién ascendido.

Al menos esta vez está jugando con mayor regularidad, algo que no lograba precisamente desde 2014 antes de abandonar el FC Barcelona. Y lógicamente está lejos de su mejor nivel, así que las críticas no han tardado en llegar. A sus 34 años y tras haberlo jugado todo, sigue descubriendo la cara que no conocía del fútbol, si bien todavía está a tiempo de volver a brillar en este caso en la Premier League.