La mala noche del argentino ante su ex equipo, la Juventus de Turín, es la imagen más icónica de un cuadro rossonero que lleva años sin rumbo.
Cuando Cristiano Ronaldo fichó este verano por la Juventus de Turín, Gonzalo Higuaín no tardó en hacer las maletas. Sabía ya lo que era estar a la sombra del portugués porque lo vivió en el Real Madrid, y ahora que juega en posiciones más centradas pronto adivinó que su protagonismo decaería.
El argentino puso tierra de por medio y a sus 30 años se fue a un grande en horas bajas, un AC Milan que soñaba y sigue soñando con un Mesías que lo rescate de estos años alejado de la élite. El Pipita podría tener esas condiciones de estrella que se buscaba en San Siro, pero ya sea porque no corren vientos favorables o porque el jugador ha llegado en un mal momento, pero las cosas no han terminado de funcionar.
Autor de 7 goles en 13 partidos oficiales, sus números no terminan de ser malos, pero las ocasiones desperdiciadas siguen pesando mucho en su cuenta. Ese sambenito que arrastra desde hace tiempo corre peligro de acrecentarse en el club lombardo, más necesitado que nunca, especialmente con actuaciones como la del pasado domingo.
Penalti fallado, tarjeta roja… Gonzalo Higuaín no pasa por su mejor momento y tampoco un histórico con 7 Copas de Europa en sus vitrinas, pero que lleva mucho tiempo sin escuchar en su estadio los acordes de la Champions League. No obstante, aún queda temporada y tiempo para que este matrimonio funcione y hablemos de algo diferente.
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