Massimo Mirabelli, jefe de ojeadores del Inter de Milán, se personó este fin de semana en las gradas del Luigi Ferraris para presenciar el choque entre Sampdoria y Udinese y examinar de primera mano a 2 jugadores que resultan del agrado del cuerpo técnico.
Aunque ha mejorado sus prestaciones con respecto a las anteriores campañas, lo cierto es que el Inter de Milán aún está lejos de recuperar el nivel de competitividad que en la campaña 2009-2010 le permitió levantar su último título de Serie A.
A falta de seis jornadas para la conclusión del campeonato, los nerazzurri ocupan el cuarto lugar de la tabla y sus opciones de alcanzar el tercer puesto, el último que da acceso a la Champions League quedan supeditadas a un casi inmaculado final de torneo y a la sucesión de tropiezos de su antecesor, la AS Roma.
Tal vez por eso, porque entienden que la presente temporada se saldará con un balance más bien modesto, la entidad ya dedica una importante parte de su tiempo a la planificación del curso que viene. De hecho, el pasado domingo, el jefe de ojeadores del cuadro lombardo, Massimo Mirabelli, se desplazó hasta Génova para seguir in situ a dos jugadores que resultan del agrado del cuerpo técnico.
Según recoge Corriere dello Sport, el espía estuvo sumamente pendiente del rendimiento del italiano de la Sampdoria, Roberto Soriano (25 años), y del suizo del Udinese, Silvan Widmer (23). Con el primero, los interistas tratarían de dar un nuevo impulso a su medular; mientras que con el segundo intentarían mejorar las prestaciones del costado diestro de la zaga.
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