El delantero francés sigue en un debate que parece eterno sobre su rol en el equipo y su futuro. Un verdadero rompecabezas por desentrañar.
Suyo fue el pase en el gol de Gerard Piqué que salvó al FC Barcelona de la eliminación en la Copa del Rey y decisivo a la postre para que los de Ronald Koeman alcanzaran la final. Pero Antoine Griezmann había sido suplente ante el Sevilla y también una semana antes en el duelo de Liga del Sánchez Pizjuán porque el entrenador repitió once.
En total suma el galo 10 asistencias y otros tantos goles en los 36 partidos que ha disputado esta temporada. Son buenos números si se miran de manera global, mejores que los de la temporada pasada claramente. Pero que por ahora apenas han servido, como ocurriera con sus dos dianas en la final de la Supercopa de España perdida.
Un futuro incierto
El atacante de 29 años lleva con esta dos temporadas en el equipo, para el que fue el tercer fichaje más caro en la historia de la entidad catalana. Eso y su llegada en tiempos malos para el club no le han ayudado, y ha sido el sacrificado en los últimos encuentros para dar más equilibrio en defensa.
Por eso tampoco sería descartable que fuera vendido en verano, aunque no le falta nunca voluntad de ayudar. Trabaja en defensa y mucho sin balón pero no alcanza regularidad. No obstante, le quedan dos meses por delante para terminar de reivindicarse y ganar confianza.
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