En apenas unas semanas, el internacional español Thiago Alcántara ha pasado de titular indiscutible a futbolista de rotación. Esta pérdida de protagonismo tiene mucho que ver con la destitución del croata Niko Kovac y la llegada al banquillo del Bayern Múnich del germano Hans-Dieter Flick, técnico que ha optado por dotar de mayor estabilidad a la parcela ancha.
«Es un jugador top. El equipo no estaba rindiendo a un buen nivel cuando me hice cargo de él y me vi obligado a encontrar un once que le diera más estabilidad. En el centro del campo opté por Kimmich. Consideré importante que la línea de cuatro atrás y los jugadores que ocuparan la posición de mediocentro le dieran solidez al equipo. Cuando entendí que la propuesta funcionaba decidí mantenerla», explicó el entrenador en su última rueda de prensa.
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