Tras la salida de Casemiro se rompió la legendaria CMK, una de las mejores medulares de la historia del fútbol. Ahora, Carlo Ancelotti tiene el deber de suplir al brasileño para seguir dominando los partidos.
A rey muerto, rey puesto. Si bien en este caso fue al revés, pues Aurélien Tchouaméni llegó a principios del mercado de fichajes y la marcha de Casemiro aún es reciente, y dolorosa, en la afición del Real Madrid. El brasileño ha cerrado una etapa brillante en la capital de España y seguirá su carrera en un Manchester United cuya disfuncionalidad ha triturado a muchos futbolistas.
Algo atípico en el mundo del fútbol, el Real Madrid suele renovar su plantilla en época de bonanza deportiva, para evitar compras guiadas por el pánico y sobrepagar por futbolistas, hechos que llevaron al FC Barcelona a una situación crítica hace apenas unos meses.
¿De la CMK a la KTM?
Ahora, el trabajo de Carlo Ancelotti pasa por hacer olvidar, cuanto antes, la figura e importancia de Casemiro en el juego. Tanto fuera como dentro del campo, Case era el bombero que se dedicaba a apagar los incendios. Un rol que ganó con los años, la experiencia y el curtimiento que supone jugar en una plaza como el Real Madrid.
Aurélien Tchouaméni tiene las cualidades físicas, técnicas y tácticas para poder suplir al paulista. La gran inversión representa la confianza de la directiva blanca en el galo, titular con Francia y una de las figuras de la pasada Ligue 1. La CMK quedará en el recuerdo, pero la KTM puede brillar (el poco tiempo que esté vigente). Toni Kroos y Luka Modric respiran.
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