El brasileño recupera su mejor versión y resultó determinante para aguantar el resultado ante el Liverpool el pasado miércoles.
Está prácticamente desde el inicio del proyecto de Qatar Sports Investments en el PSG, pues fue comprado en 2012 y los inversores llegaron en 2011. Thiago Silva fue una de las grandes apuestas millonarias de club francés y ya entonces era uno de los mejores centrales del mundo.
Aunque ha conquistado muchos títulos, siempre le faltó dar un gran paso para hacerse con uno de los grandes, ya fuera con su club o su selección. Esa ha sido y es su deuda pendiente, y ahora a sus 34 años lo que cabía esperar era que no viéramos más su mejor versión.
Nos equivocábamos. El miércoles ante el Liverpool estuvo sublime para contener a uno de los mejores ataques de Europa. Preciso, imperial en el juego aéreo, rápido para anticiparse… Supo manejar los tiempos y mantener la calma en un duelo de vital importancia para la supervivencia europea de su escuadra.
Un paso al frente del zaguero, acosado por críticas y lesiones en los tiempos recientes, que dejó con un buen sabor de boca a los aficionados. La prensa francesa reconoce estos días su momento dulce y solamente queda esperar para ver si se prolonga en el tiempo y en su madurez logra dar ese paso que esperábamos desde hace tiempo.
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